Varios expertos consultados por ELTAQUIGRAFO.COM reflexionan sobre el aumento de agresiones sexuales protagonizadas por menores de edad, señalando el consumo desenfrenado del porno como uno de los factores clave
Seis menores, cuyas edades se desconocen, pero solo dos eran mayores de 14 años, acorralaron hace unos meses a una niña de tan solo 11 en los baños del centro comercial Màgic de Badalona. La amedrentaron con un cuchillo que posaron en su cuello y la violaron por turnos mientras uno de los presentes se encargaba, como viene siendo habitual en este tipo de agresiones, de grabarlo todo. Solo en 2022, en España, se registraron 2.625 episodios de violencia sexual similares, en los que agresores y víctima no superaban la mayoría de edad. Muy pocos casos llegan a conocerse, pero la situación es alarmante.
1 de cada 4 agresiones las cometen menores
De hecho, el primero aviso lo hizo en 2019 el fiscal coordinador de Menores de Barcelona, cuando constató un “preocupante” aumento de delitos sexuales entre adolescentes. Y no se equivocaba. Según datos del Ministerio del Interior, los delitos sexuales han incrementado un 56% entre 2016 y 2021, pasando de 371 casos a 573. Estimándose que una de cada cuatro agresiones de este tipo las ha cometido un menor de edad, copando el 25% del total.
Datos que, paralelamente, corroboraba esta mañana la portavoz de los Mossos d’Esquadra la Inspectora Montserrat Escuder, que aseguraba que en Catalunya, el 12,7% de los delitos sexuales los cometen menores de edad (un 1,8% son agresores de entre 0 y 12 años y un 10,88% entre 13 y 17).
El porno: la escuela de la violencia sexual
A la hora de buscar las razones de este incremento, la Fiscalía de Menores –que es la jurisdicción que se hace cargo de la investigación de los delitos cometidos por los menores de 18 años– lo vincula sobre todo al hecho de que cada vez más adolescentes tienen un primer contacto con el sexo a una edad más temprana y su “aprendizaje” se basa en aquello que ven del porno. “Banalizando, así, la cultura del sexo”, aseguraba para TV3 la abogada Noelia Rebón especializada en delitos de menores.
En el mismo sentido, Luis Ballester, doctor en sociología y filosofía en la Universidad de las Islas Baleares, pionero en el estudio de la influencia del consumo de la pornografía en el desarrollo de los adolescentes, aseguraba que el aumento no debe reducirse a un único factor y que deben tener presentes distintas variables: “la escuela de violencia sexual que representa el porno mainstream, la incitación a través de las redes sociales, la reducción de la empatía que se ha podido acreditar en estos últimos años en algunos grupos de adolescentes, la falta de educación de las emociones, relaciones y sexualidad”.
Sin educación sexual, los jóvenes se inspiran en el porno
De este modo, las fuentes expertas consultadas por ELTAQUIGRAFO.COM se centran en señalar la falta generalizada de educación sexual en casa y en las escuelas, provocando que “se den por válidos los roles que observan en el porno”. Asimismo, el fiscal de sala coordinador de menores, Eduardo Esteban aseguraba para la agencia EFE que los adolescentes “acuden a la pornografía como si fuera un tutorial que manejamos en internet", cundo el porno no refleja la realidad del sexo. Un "grave error" que - a juicio de Esteban - se une al "absoluto abandono de la educación sexual". "No hay realmente una formación sexual para los menores, que están acudiendo a vías alternativas, nada deseables, como la pornografía", ha lamentado.
La incitación en redes sociales
Ballester no solo ha reflexionado con esta redacción sobre el por qué del aumento, sino también sobre las motivaciones o desencadenantes que llevan a los adolescentes, en algunos casos menores de 14 años, ha llevar a cabo estas prácticas tan agresivas; llegando a la conclusión de que muchos jóvenes ante el “super estímulo” del porno quieren replicar esas prácticas.
“Además, las redes sociales enseñan, junto a otras cosas excelentes, algunas otras muy tóxicas, como por ejemplo: cómo superar las resistencias de las víctimas, cómo captarlas y engañarlas, etc”, reflexiona Ballester que considera que hoy en día los jóvenes tienen acceso a una abundancia de información que, en algunos casos, puede ser muy tóxico para su desarrollo emocional y cognitivo. Extremo que UNICEF y Save The Children llevan años alertando en sus resúmenes anuales.
Los jóvenes inimputables
Paralelamente, el caso de Badalona ha reabierto el debate sobre los jóvenes inimputables. Es decir, aquellos menores de 14 años a quienes no se les puede exigir responsabilidad penal alguna, como ha ocurrido con tres de los cinco identificados. En estos casos, Noelia Rebón explicaba que debe ser la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) quien se haga cargo de su seguimiento.
En concreto, se da respuesta mediante el programa Educant en la responsabilitat (Educando en la responsabilidad), que pretende atacar los factores de riesgo de conductas disociales, la reparación del daño y la restauración de las relaciones sociales.
15 menores en centros por delitos sexuales en Catalunya
En esta situación, se encuentran tres de los cinco identificados de la violación de Badalona; mientras que los otros dos han podido ser procesados penalmente: uno se encuentra en libertad vigilada y el otro, dada su mayor implicación en los hechos, está en un centro de menores, en régimen cerrado.
En este sentido, solo en Catalunya, este 2023 ya hay 15 menores internos en centros por su presunta implicación en delitos contra la libertad sexual. Cifra que ascendió a 28 durante el pasado 2022.