Prisión incondicional para Yassine Kanjaa, el asesino de Algeciras

Imagen del detenido momentos después de perpetrar uno de los ataques  /  eltaquigrafo.com
photo_camera Imagen del detenido momentos después de perpetrar uno de los ataques / eltaquigrafo.com

El juez Joaquín Gadea, de la Audiencia Nacional, atribuye a Kanjaa delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas, que podrían acarrear una condena de prisión permanente revisable

El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha decretado prisión incondicional para Yassine Kanjaa por delitos de terrorismo. Kanjaa, de 25 años, fue detenido el pasado miércoles 25 de enero en Algeciras (Cádiz) después de asesinar al sacristán Diego Valencia, de la iglesia de La Palma, y herir con un machete de grandes dimensiones a otras cuatro personas, entre ellas al párroco de la iglesia de San Isidro.

A gritos de “Ala es grande”

El atentado, que desde un inicio se investiga como un ataque de índole yihadista, se ejecutó al grito de "muerte a los cristianos" y "Alá es grande". De hecho, antes de perpetrar el ataque, el joven terrorista discutió con el párroco de la iglesia de San Isidro y una hora más tarde volvió armado con el machete. Le asentó un corte profundo en el cuello, dejándole herido de gravedad, e hirió a otras tres personas que quisieron evitar el asalto.

Luego se dirigió al segundo templo donde se encontró con el sacristán. Éste intentó frenar los actos de vandalismo que estaba protagonizando el yihadista en el interior de la iglesia, pero a cambio recibió un primer machetazo. El religioso salió corriendo al exterior para pedir ayuda, pero el presunto terrorista lo alcanzó en la plaza Alta y le asentó varias puñaladas hasta acabar con su vida. Cuando le mató lo celebró alzando los brazos al aire y se marchó tranquilamente, dejando el cuerpo de Diego Valencia tendido en medio de la explanada.

Ataque dirigido a los infieles cristianos y musulmanes

Tras varios días en los calabozos de distintas comisarías de la Policía Nacional, Yassine Kanjaa, que se encontraba en situación irregular, ha declarado ante el juez que da refuerzo al Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional. El magistrado, que ha adoptado esta decisión a instancias de la Fiscalía, atribuye a Kanjaa delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas, que podrían acarrear una condena de prisión permanente revisable.

Gadea considera que los indicios recopilados sustentan que la actividad desarrollada por Kanjaa se puede calificar como un ataque yihadista dirigido, tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia Católica, como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán.

Actuó solo, sin obedecer a ningún grupo

El detenido, un joven marroquí de 25 años que estaba pendiente de expulsión, ha comparecido este lunes durante casi dos horas ante el juez y ha respondido a las preguntas del fiscal y de su abogada, si bien por el momento no ha trascendido el contenido de la declaración porque la causa se encuentra secreta.

Por ahora, todo parece indicar que Kanjaa habría actuado solo y sin ayuda de terceros. Según información recogida por Onda Cero, el detenido ha descartado que haya sido dirigido por otras personas o que haya jurado lealtad a ningún grupo terrorista. La acción no fue reivindicada por el Dáesh, que, sin embargo, sí se hizo eco de ella a través de medios afines.

Perfil de terrorista autoadoctrinado

Según el comunicado emitido por la Audiencia Nacional, las primeras diligencias apuntan a una radicalización exprés, de aproximadamente un mes, a través de redes sociales. Kanjaa se encuentra “plenamente radicalizado en terrorismo yihadista tras un adoctrinamiento ideológico que se podría calificar de “rápido” y que ha finalizado con la comisión de acciones violentas contra otras personas provocando, consciente e intencionadamente el mayor daño posible, manteniendo en todo momento el control de la situación”.

Por todo ello, el magistrado considera, desde la provisionalidad de este momento procesal, que el detenido se identifica con un perfil de terrorista autoadoctrinado que actúa de modo individual no vinculado directamente con una organización terrorista en concreto pero que, en definitiva, lleva a cabo su acción en nombre del fenómeno yihadista al que tantos se adhieren de forma remota, generando un ataque violento que causa terror en la sociedad y desestabiliza la paz social.

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