Cada día los Mossos d’Esquadra protagonizan entre dos y tres operación antidroga en Catalunya. Mayoritariamente, contra grupos, organizaciones y mafias criminales dedicadas al cultivo y tráfico de marihuana.
Desde que en 2017 la policía catalana constató que Catalunya había dejado de ser una región de paso para convertirse en el principal productor de Europa, las incautaciones no han dejado de crecer y, poco a poco, las comisarias e instalaciones policiales se han ido llenando de la droga aprehendida, creando graves problemas logísticos ante la lentitud con la que la Autoridad Judicial autoriza la destrucción de esas sustancias, sea la droga que sea.
¿Qué se hace con la droga incautada?
De este modo, si nos preguntamos ¿qué pasa con la marihuana que diariamente se decomisa en macro plantaciones distribuidas por todo el territorio? La respuesta, aseguran fuentes de los Mossos, es que, en su mayoría, se destruye. Principalmente, se incinera. Hasta entonces, hasta que la autoridad judicial competente, normalmente el juzgado de instrucción que ha liderado la investigación, autoriza su incineración, debe guardarse.
¿Cuál es el procedimiento?
El proceso, para todo tipo de drogas, es siempre el mismo: tras una entrada y registro en la que se aprehenden sustancias estupefacientes, un letrado de la administración acompaña a los agentes para dar “fe pública” del buen procedimiento del operativo. Este letrado firma un acta de aprehensión; en este informe debe quedar plasmado el número de plantas, o kilos de droga incautados, el peso, su envoltorio, origen y todas las características pertinentes en función de la droga aprehendida, así como fotos o vídeos que den muestra del material.
A continuación, se separa una muestra proporcional que deberá conservarse en perfecto estado hasta la celebración del juicio. Esta misma muestra es la que será analizada por la Policía Científica y es la que se pondrá a disposición del Juzgado por si, más adelante, alguna de las partes implicadas solicita un contraanálisis. Este muestreo varía según la droga decomisada, pero en el caso de la marihuana suele equivaler a unas 30 plantas. Además, como suele pasar, si se trata de una plantación con distintas salas, con plantas en distintas fases de crecimiento, entonces, aseguran las mismas fuentes policiales, debe de recogerse un muestreo de 30 plantas por cada fase detectada.
Estas muestras se dejan secar, como harían los delincuentes antes de su distribución, y una vez secas, se analizan en los laboratorios de la policía catalana, donde se conservan debidamente hasta la celebración del juicio oral. En el caso de estas muestras representativas, no será hasta que termine el procedimiento contra los responsables, por resolución judicial firme, cuando el órgano judicial competente ordene la destrucción de las mismas.
¿Qué pasa con el resto de la droga?
El resto de la droga se conserva en dependencias policiales hasta su destrucción. El problema, insisten fuentes de los Mossos d’Esquadra, es la lentitud con la que la autoridad judicial autoriza su incineración. Esta demora provoca que la droga, especialmente la marihuana, se vaya acumulando en las comisarias y dependencias policiales creando auténticos problemas logísticos.
Para tratar de solventar esta problemática, varias comisarías de toda Catalunya han instalado una especie de contenedores en sus instalaciones, parecidos a los contenedores mercantiles que viajan en grandes buques de mercaderías, para acumular ahí la droga sobrante y liberar el interior de las comisarías. En este sentido, y al menos desde hace un año y medio, los Mossos d’Esquadra trabajan con la idea de crear un gran almacén policial donde poder depositar todas las sustancias que no pertenecen a las muestras representativas.
Sin embargo, lamentan las fuentes consultadas, la creación de esta macro instalación se ha ido demorando y todavía no está activa. Además, las mismas voces consideran que con este almacén se solucionaría tan solo una parte de los problemas logísticos, pero sería un parche, dado el elevado volumen de marihuana que se incauta a diario.
¿Qué solución proponen?
Las fuentes policiales consultadas, dedicadas activamente a la persecución de las organizaciones criminales dedicadas al cultivo y tráfico de marihuana en Catalunya, proponen que la droga pueda destruirse en el momento, que la autoridad judicial autorice su incineración a la vez que se decomisa y se separa el muestreo representativo.
En el caso de plantaciones indoor, se propone poder quemar las plantas en la incineradora más cercana el mismo día de su aprehensión, sin la necesidad de tener que transportar toda la droga a sus dependencias policiales. Por otro lado, en el caso de las plantaciones outdoor, que suelen conllevar una dificultad añadida a la hora de su incautación, por las características del terreno donde estén plantadas, se propone poder quemarlas de forma controlado in situ.
En este sentido, explicaban las mismas fuentes de los Mossos, las plantaciones en espacios abiertos suelen encontrarse en zonas boscosas de difícil acceso. En algunos casos, los agentes han tenido que andar hasta dos horas por la montaña hasta llegar al lugar concreto, provocando que la incautación y transporte sea mucho más costoso. De hecho, en una de las últimas operaciones, aseguran, tuvieron que hace uso del helicóptero policial para recoger todas las plantas, que tuvo que hacer tres viajes para limpiar la zona.
¡¡No somos vigilantes!!
En la misma línea, recientemente Albert Palacio del sindicato USPAC explicaba para la COPE que, además de los inconvenientes logísticos, otro problema es que “las plantas se pudren con rapidez, se parasitan y originan problemas de salubridad pública. En las comisarías de los Mossos, se guardan en los parkings, algunos de ellos repletos de plantas, y su olor impregna toda la instalación, con las molestias que conlleva para los usuarios”.
Además, lamentaba el portavoz, en relación con las macro plantaciones outdoor, como la que se desmanteló hace escasas semanas en la Serra de Prades (Tarragona), con una capacidad de 20.000 plantas, "las plantas continúan en la zona cuando no se pueden desmantelar de una sola vez, y las tenemos que custodiar día y noche, porque informados por redes sociales, algunos iban y se llevaban algunas. Aunque sea para consumo propio, no es de recibo que después de una operación policial, la droga quede al alcance de cualquiera y la tenemos que vigilar".