Psiquiatras y psicólogos escandalizados con las terapias de la Iglesia para “curar” la homosexualidad

Juan Antonio Reig Pla, el obispo de Alcalá que organiza terapias para curar la homosexualidad
photo_camera Juan Antonio Reig Pla, el obispo de Alcalá que organiza terapias para curar la homosexualidad
Expertos del sector de la psiquiatría y la psicología consideran que estos “tratamientos de curación” son una auténtica barbaridad desde el punto de vista de la medicina, además de peligrosos, pues la homosexualidad no es ninguna patología. Miembros del colectivo LGTBI denuncian a gritos que “su amor no se cura”

No hace falta ser psicólogo para ver que estas terapias llevadas a cabo por el obispado de Alcalá de Henares son una auténtica barbaridad, además de ilegales.

Pero si profesionales de la medicina comparten esa misma opinión, es que ciertamente estos “tratamientos curativos” son una total “aberración”, como ha compartido el psiquiatra Josep Tomás con eltaquigrafo.com.

Terapias curativas en el Obispado de Alcalá

Y es que eldiario.es destapaba esta semana un caso insólito: uno de sus periodistas se infiltró en una de las pseudoterapias impartidas por el obispado de Alcalá, fingiendo querer cambiar su orientación sexual, y descubrió toda una trama de cursos y tratamientos clandestinos en los que garantizaban a sus “pacientes” que dejarían de ser homosexuales.

Este tipo de sesiones están prohibidas en la Comunidad de Madrid y quienes las imparten pueden enfrentarse a multas de más de 45.000 euros, según el artículo 70.4.c de la Ley de Protección Integral contra la LGTBfobia de la Comunidad.

Opinión de los expertos

Fuentes oficiales del obispado de Juan Antonio Reig Pla, conocido por sus polémicas homófobas, puntualizan que se trata de reuniones de "acogida y acompañamiento de personas que acuden a nosotros".

Sin embargo, eldiario.es ha comprobado que tanto el contenido de los materiales enviados por correo, como la primera sesión de pseudoterapia (impartida por una persona sin formación) están enfocados a que la persona deje de ser homosexual, algo que los expertos del Consejo General de la Psicología de España consideran anticientífico y peligroso.

Psiquiatras y psicólogos consultados por ese medio coincidían en esa misma opinión.“He tratado a muchos pacientes a lo largo de mi carrera profesional, jóvenes con autismo, depresión, ansiedad…, pero jamás he tratado ni trataré a nadie con homosexualidad porque eso no es ninguna patología, tratarlo como tal es una barbaridad desde el punto de vista de la medicina”, comentaba una joven psicóloga clínica (quien ha preferido mantenerse en el anonimato).

El Dr. Tomàs coincidía en exactamente lo mismo. “Los de la Iglesia tienen la manía de creer en Dios y este Dios ve con malos ojos la homosexualidad, lo que está claro es que desde el punto de vista de la OMS esto es intolerable”.

En general, la opinión pública ha reaccionada de manera uniforme y las redes sociales se han llenado de mensajes en los que se ha llegado a afirmar que “los enfermos son los miembros de la Iglesia”.

“Nuestro amor no se cura”

Ante esta información, decenas de manifestantes acudían este martes a la puerta de la catedral de Alcalá de Henares para protestar contra las terapias ilegales y clandestinas que promueve el Obispado para curar la homosexualidad.

Asociaciones LGTB madrileñas como Arcópolio COGAM y activistas y políticos como Íñigo Errejón o Eduardo Rubiño se movilizaron para presentar una denuncia por el escándalo destapado y exigir al gobierno regional que hiciesen cumplir la ley que ellos mismos aprobaron.

A raíz de esta denuncia, la Comunidad de Madrid ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos.

Datos escalofriantes

La información destapada por eldiario.es ha coincidido con la publicación del informe Homofobia de Estado 2019 de la Asociación Internacional de Gais, Lesbianas, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA).

Este informe divide a los países según sus leyes de protección al colectivo LGTBI, donde destacan básicamente dos posicionamientos: por un lado, los 70 países, donde ser gay o lesbiana es ilegal, incluso letal; y, por otro lado, las 123 naciones donde mantener relaciones sexuales con personas del mismo sexo no está castigado.

La mayor asociación de defensa del colectivo LGTBI del mundo dibuja este croquis periódicamente con el que muestra cómo decrecen los lugares donde se persigue a las personas por su orientación sexual y emergen nuevas amenazas, como la llegada al poder de líderes homófobos.

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