Helena Jubany fue asesinada el 2 de diciembre de 2001. Sin embargo, a día de hoy, todavía nadie se ha sentado en el banquillo de los acusados para responder por el asesinato. La investigación no logró extraer información concluyente y el caso se archivó sin pruebas firmes en el año 2005. Durante el verano de 2020, tras el éxito que tuvo el capítulo de la serie catalana Crims, en el que se expuso el crimen, se reabrió el caso por petición familiar. No obstante, poco después se volvió a archivar.
El ordenador personal de Jubany ha hablado
No ha sido hasta hace escasos meses que el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Sabadell lo reabrió por segunda vez. En esta ocasión, ordenó a la Policía Nacional que analizara el ordenador personal de la joven donde, según la familia, podría haber varios chats que demostraran que, meses antes de morir, alguien suplantó su identidad en distintos chats de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), a la vez que la acosaba de forma anónima. Este martes, su familia ha pedido la imputación de tres nuevos sospechosos.
Eltaquigrafo.com ha tenido acceso a los informes periciales en los que se analizan las conversaciones extraídas de esos chats y, efectivamente, Helena Jubany, meses antes de ser asesinada, no solo recibió sospechosas cartas manuscritas, sino que fue acosada telemáticamente.
Jubany tenía una acosador: “Rius Kant”
Jubany, que combinaba su trabajo como bibliotecaria con sus estudios a distancia a través de la UOC, era una usuaria habitual del chat de la Universidad. En él, alumnos de distintas carreras podían chatear de forma grupal o privada. Ella era conocida como “Lenn” o “MaGata”, y a través de este canal entabló amistad con varios alumnos. Jordi J. (“Theatered”) y Clara R. (“Dowager”) fue con los dos con los que llegó a tener más confianza. Tanta que, incluso, les manifestó que un tal “Rius Kant” – otro usuario del chat – había empezado a acosarla. “No lo conozco de nada. Ha empezado a preguntar por mi a gente que conozco. Se sabe mi currículum de memoria y no sé ni de dónde lo ha sacado”, le llegó a manifestar la joven Helena a Jordi J.
Ella era consciente de que este usuario anónimo (antes apodado con otro nickname, “Friulin”) la perseguía por los chats. Al parecer, preguntaba constantemente por ella a otros alumnos, se interesaba en conocer su vida personal y llegó a suplantar su identidad. La prueba de ello se obtiene de la declaración policial de Clara R. y del análisis de sus conversaciones con la joven bibliotecaria, donde la propia “Dowager” le reconoce que el tal “Rius Kant” se había hecho pasar por ella días atrás. Es más, en sede policial, Clara R. recordó que, tras descubrir el engaño, el usuario anónimo que utilizaba el nickname de Helena Jubany le llegó a espetar que “todo era parte de un juego”.
“Rius Kant” anunció la muerte de Helena por un chat
“Eres más lista que Helena. Igual tendré que empezar a jugar contigo, y no con ella”, recordó Clara R. que le dijo este usuario anónimo, al que terminó bloqueando. Clara y Helena, a pesar de no conocerse en persona, habían conectado bastante, pues ambas estudiaban la misma carrera. Una tenía el teléfono de contacto de la otra y, por eso, cuando este usuario anónimo “Rius Kant” apareció por última vez (el 5 de enero de 2002) asegurando por el chat grupal que Helena había muerto (“se tiró por una azotea y se mató”), Clara no dudó en llamar a la joven bibliotecaria amiga suya. Lamentablemente, el padre de Helena le confirmó la tragedia.
Las fechas coinciden
El análisis de las conversaciones por el chat de la UOC también evidencia que el acoso virtual coincide en el tiempo con la recepción de las cartas anónimas que recibió Helena Jubany poco antes de morir. Así queda plasmado en el chat con “theatered”, a quien le explica que un anónimo le ha dejado una nota junto con unos dulces y un tetrabrik de horchata, su bebida favorita.
Ella, inocente, le dice que está un poco sorprendida, pero que ha bebido un poco. Su interlocutor le advierte que, primero, confirme la identidad del emisor por si es una broma de mal gusto. Como terminó siendo, pues la bebida estaba “aliñada” con varios ansiolíticos, los mismos que encontraron en su cuerpo después de morir. De esta conversación con Jordi J., se desprende que Helena estaba bastante preocupada por el comportamiento de “Rius Kant” y llega a pensar que alguien quiere hacerle daño. Por un momento, Helena Jubany creyó que “Rius Kant” andaba detrás de todo esto…
Si algo está claro es que a la joven bibliotecaria de Sabadell este personaje sin identificar no le hace ni pizca de gracia, que él se obsesionó con ella y ella en conocer su identidad y que paralelamente a los anónimos manuscritos, Helena fue acostada virtualmente por este individuo. Pero… ¿Quién es “Rius Kant”? y ¿Qué relación tiene con la muerte de Helena Jubany?
