El pasado martes 18 de julio un hombre, ataviado con ropa deportiva y con el rostro cubierto por un pañuelo, sembró el pánico en el lujoso Puerto Banús marbellí, efectuando, al menos, tres disparos con un subfusil automático a plena luz del día. La luz dorada de la tarde de verano iluminó la escena, mientras varios turistas, en bañador, corrían por las calles del Puerto, en una zona cercana al centro comercial Cristamar. Las balas, por suerte, no causaron heridos y el pistolero, de tez negra, huyó en un BMW x3 con matrículas falsas. El vehículo apareció calcinado a varios kilómetros de distancia.
Crimen y lujo en el mismo territorio
El tiroteo fue un recordatorio: la Costa del Sol sigue siendo una de las sedes mundiales del crimen organizado. Mafias y organizaciones de todo el mundo llevan años instaladas en el litoral malagueño, en una especie de paraíso del crimen, donde se construyen mansiones en urbanizaciones de lujo y pasan desapercibidos entre las riquezas de grande empresarios y familias reales. Su presencia, sin embargo, ha erosionado la convivencia, incrementándose, desde hace años, los ajustes de cuentas entre clanes rivales, los tiroteos y la violencia desmesurada por el control de la droga que entra por el mismo litoral.
La situación geográfica, además, es un privilegio para estas organizaciones, que pueden controlar desde sus mansiones de lujo la droga que entra por la costa: ya sea desde el otro lado del Atlántico, con buques mercantiles, o desde Marruecos en las conocidas (y cada vez más sofisticadas) ‘narcolanchas’.
La Europol sitúa la Costa del Sol en el ‘top3’ europeo
De este modo, varios factores (la situación geográfica, el ambiente innato de lujo y excesos, y las vías de comunicación por tierra, mar y aire) han hecho que la Costa del Sol se convierta, desde hace años, en un refugio y sede de negocios de mafias y organizaciones criminales de todas las partes del mundo. De hecho, este percepción, valorada por las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado, ha sido reafirmada por Europol y el Observatorio Europeo de Drogas y Adicciones que en 2022 posicionaron a la Costa del Sol en el ‘top3’ de lugares favoritos de las mafias. Por detrás de Países Bajos y Marsella.
Con la peculiaridad, de que en la Costa del Sol, además, pueden disfrutar de todo tipo de lujos y pasar desapercibidos por la vida ostentosa que caracteriza ciertas zonas de Marbella y aledaños.
‘Narcoviolencia’ en aumento
En este sentido, la Europol publicaba que en la Costa del Sol ha habido 33 homicidios y asesinatos y dos intentos de homicidios en solo tres años, entre 2018 y 2021. Todos ellos relacionados con el crimen organizado (principalmente por el control de la droga y los ajustes de cuentas por temas relacionados con ello).
Esta ‘narcoviolencia’ conlleva no, solo problemas de convivencia, sino una saturación de los cuerpos policiales que luchan contra el crimen organizado en este zona del país. De hecho, los sindicatos policiales SUP y JUPOL hace años, casi décadas, que alertan de la escalada de violencia en toda la zona sur de Andalucía, con especial énfasis en el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol, donde se aglutinan la mayoría de las organizaciones detectadas.
SUP señala a un modelo policial anticuado
En este sentido, Mariló Valencia, Secretaria General en la provincia de Málaga para el sindicato SUP, ha confesado a preguntas de eltaquigrafo.com que la Costa del Sol vive una escalada de violencia desde los años 80, cuando llegaron las primeras organizaciones criminales. Además, ha lamentado la falta de medios de protección e investigación, así como de personal, para cubrir las necesidades reales que exige este territorio. “Hay agentes sin chalecos antibalas y circulamos con vehículos antiguos que no pueden competir, a la hora de una persecución, con los coches de los que disponen las organizaciones”.
Valencia considera que el problema parte de un modelo policial obsoleto, con fecha de 1986, lo que conlleva problemas de coordinación con otros cuerpos policiales, además, como lamentaba, de falta de adecuación a las necesidades de la Costa del Sol. “Proponemos una unificación de la policía en la zona del litoral malagueño, que solo existe un cuerpo especializado, para evitar problemas de gestión que demoran las investigaciones, que aglutine todas las competencias”, exigen desde SUP.
Asimismo, ponen énfasis en un delito que, en los últimos años, ha ido en aumento: la tenencia ilícita de armas. “Creemos que se tiene que reformar el Código Penal en este sentido y endurecer las penas por este delito, para que no sólo sea una sanción económica. Otra cosa no, pero estas organizaciones pueden pagar lo que quieran y les sale a cuenta tener armas”.
Medios obsoletos y falta de incentivos, según JUPOL
Siguiendo el primer punto que lamentaba el SUP, fuentes de JUPOL han insistido a eltaquigrafo.com en la necesidad urgente de dotar a los agentes de más medios: tanto de protección, como chalecos antibalas, pistolas táser o nuevos vehículos; como técnicos para investigar con más herramientas. “Los medios están obsoletos y no pueden competir con las herramientas que disponen los criminales. Especialmente los vehículos. No pedimos un Porche Cayenne… pero nuestros agentes están circulando con coches con más de 400 mil kilómetros”.
Además de una nueva flota de vehículos policiales, JUPOL lamenta que no haya una especialización para los agentes que quieren ir destinados a la Costa del Sol. “Es un destino poco atractivo, por la peculiaridad criminalidad que existe en la zona, y no se ve recompensado con un incentivo económico que pueda motivar a los agentes”. Eso hace que haya una carencia constante de personal – actualmente de unos 300 agentes – por eso exigen también que se amplie y se actualice la oferta de trabajo en la costa malagueña.
“Necesitamos más agentes. Por eso queremos que se actualicen las plazas en la Costa del Sol bajo unos criterios de criminalidad y delincuencia acordes a la actualidad”.
Las consecuencias del Plan Especial de Seguridad en el Campo de Gibraltar
Paralelamente, ambos coinciden en reseñar que el Plan Especial de Seguridad en el Campo de Gibraltar, que quiere combatir las redes de narcotráfico que operan desde Marruecos (a través del Estrecho), ha provocado que muchas de las organizaciones que estaban ahí instaladas se desplacen a zonas aledañas, como es la Costa del Sol. Saturando el litoral malagueño.
De este modo, a las peculiaridades criminales que se viven en Málaga desde los años 80, con la presencia de organizaciones de todo el mundo, se le suman ahora estas redes que transportan hachís desde el norte de África mediante las ‘narcolanchas’. Eso conlleva que se note de manera todavía más significativa la falta de personal y de medios.