Las pruebas forenses practicadas a los restos humanos hallados ayer en el Cabo Peñas descartan que pertenezcan a la psicóloga madrileña Sandra Bermejo, de 32 años, desaparecida el pasado 8 de noviembre
El cadáver localizado en la zona de Cabo Peñas, en Gijón, este viernes no es de Sandra Bermejo, según las primeras pesquisas. En la autopsia se han encontrado evidencias que confirman que los restos no pertenecen a la psicóloga madrileña, de 32 años, desaparecida el pasado 8 de noviembre.
Ahora, por lo tanto, queda pendiente identificar el nuevo cadáver con pruebas de ADN; ya que solo se ha podido confirmar que se trata de una mujer de entre 25 y 35 años. Las dudas sobre si era la psicóloga se avivaron cuando se confirmó que justo en esa zona del concejo asturiano de Gozón es donde se perdió la pista de la psicóloga madrileña.
Grupo esotérico
De este modo, fuentes de la investigación han informado que ya han solicitado a la familia radiografías dentales para poder continuar con la investigación. Sin embargo, la Policía Nacional sigue manteniendo como principal hipótesis la “desaparición voluntaria” y sus investigaciones apuntan a que su cuerpo terminó en el mar Cantábrico.
Paralelamente, se investiga su relación con un grupo esotérico llamado "Agua de Estrellas". Se trata de una agrupación que organiza retiros espirituales y de sanación, el último, el 11 de noviembre, llamado "Meditación ceremonial medicinal". A ese grupo se acercó Sandra Bermejo cuando llegó a Gijón para iniciar una nueva vida.
Juan Manuel Medina, abogado de la familia de Sandra, defiende esa última línea y sostiene que "Sandra no fue la única persona que estuvo en Cabo Peñas aquella noche, y la policía lo sabe". En la misma línea, Joaquín Amills, portavoz de SOS Desaparecidos, sostiene que "Sandra no estuvo sola aquella tarde en Cabo Peñas", aunque desvincula su desaparición del grupo ocultista asturiano con el que había tenido contactos.