Los tentáculos de la Mocro Maffia aterrizan en Catalunya, pero la policía frustra sus intenciones

Los inspectores José Merino de los Mossos d'Esquadra (izq.) y Esteban Patricio, del Cuerpo Nacional de Policía (derecha) en la rueda de prensa  /  eltaquigrafo.com
photo_camera Los inspectores José Merino de los Mossos d'Esquadra (izq.) y Esteban Patricio, del Cuerpo Nacional de Policía (derecha) en la rueda de prensa / eltaquigrafo.com
Agentes de la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra evitan que una peligrosa célula de la conocida 'Mocro Maffia' se instale en Catalunya. Los detenidos habrían creado una incipiente red de blanqueo de capitales 

Dos robos con explosivos en cajeros automáticos de Catalunya y otro en la Comunidad Valenciana fueron le mecha que Policía Nacional y Mossos d’Esquadra necesitó para desarticular, por primera vez en Catalunya, una organización criminal estrechamente vinculada con la Mocro Maffia.

Esta facción de la peligrosa mafia holandesa tenía, según los investigadores, una firme voluntad de establecerse en dicha comunidad autónoma. Su objetivo era blanquear el dinero irregular que las distintas células de la Mocro Maffia obtenían de su amplio abanico de actividades delincuenciales por todo el mundo: desde el robo de los cajeros automáticos, hasta el narcotráfico o las extorsiones.

Lo que se escondía tras los robos

El grupo desarticulado vivía a caballo entre Catalunya y los Países Bajos. De hecho, fueron precisamente los constantes viajes que los investigados realizaban entre ambos territorios, lo que hizo sospechar a los investigadores de la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra que se trataba de una trama mucho más compleja. Mucho más allá de los tres robos con explosivos. Práctica que, paralelamente, los investigados llevaban meses realizando por distintas ciudades del continente europeo.

De este modo, como han explicado Esteban Patricio, jefe del grupo 32 contra el blanqueo de capitales y anticorrupción de la Brigada Provincial de la Policía Judicial en Barcelona, y José Merino, jefe de la Unidad de Delitos Económicos de los Mossos d’Esquadra, la investigación que se inició en febrero de 2021 en relación con los mencionados robos dejó al descubierto una posible organización criminal de origen holandés que se había instalado en Barcelona con el beneplácito de varios miembros de la Mocro Maffia.

La investigación dio un salto transnacional

En ese momento, y ante la sospecha de que el grupo investigado estaba blanqueado una importante cantidad de dinero procedente de distintas actividades criminales, desde el Juzgado de Instrucción 2 de Mataró se dictaron varias Órdenes Europeas de Investigación (OEI).

Paralelamente, se inició una investigación conjunta con la Policía de los Países Bajos. Las primeras informaciones obtenidas a raíz de este nuevo enfoque en la investigación inicial permitieron confirmar las teorías de los investigadores: el grupo sospechoso estaría construyendo incipientes mecanismos de blanqueo de capitales, inyectando parte de los beneficios obtenidos en negocios de restauración ya en marcha, a través de empresas pantalla o invirtiendo en la compraventa de inmuebles o coches de alta gama.

En resumen, como ha matizado Merino en rueda de prensa: “mecanismos que permitiesen hacer pasar por bueno el dinero que obtenían de actividades criminales”.

El grupo sospechoso estaría construyendo incipientes mecanismos de blanqueo de capitales, inyectando parte de los beneficios obtenidos en negocios de restauración ya en marcha, a través de empresas pantalla o invirtiendo en la compraventa de inmuebles o coches de alta gama.

Prioridad: desarticular dicha célula

De este modo, tras meses de vigilancias y seguimientos, el grupo de investigación conjunto pudo recopilar indicios suficientes para constatar la creación de una red de blanqueo liderada por los sospechosos: un grupo criminal, compuesto por siete personas, de entre 30 y 35 años, todas ellas de nacionalidad holandesa, pero de origen magrebí. Un grupo que, a pesar de intentar pasar desapercibidos, tenían un alto nivel de vida, incluso sin tener ingresos lícitos conocidos.

Así pues, tras poder comprobar las hipótesis de los investigadores, el pasado 13 de octubre, un año y medio después del inicio de la investigación, se pudo llevar a cabo la explotación de la misma. Para ello, agentes de Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra se desplazaron hasta los Países Bajos, desarrollándose de forma simultánea diferentes registros en Holanda y España.

 

Siete registros, siete detenidos

En concreto, se realizaron 7 entradas y registros (4 en Barcelona y 3 en Holanda), pudiendo detener a los siete investigados, dos de ellos en el país extranjero. En el marco de este operativo se pudieron intervenir varias cuentas corrientes, bienes de lujo como turismos de gama alta, motos de agua, joyas o monedas de oro certificadas, además de la intervención de aproximadamente unos 2.000.000 de euros en efectivo en moneda de curso legal.

Entre los vehículos de alta gama localizados se encuentran algunos modelos cuyo precio de mercado supera los 150.000 euros, lo que viene a confirmar la alta capacidad económica de la que disponían los investigados, fruto de la pluralidad de actividades delictivas a las que se dedicaban.

La Mocro Maffia se instala por primera vez en Catalunya

Como han matizado Patricio y Merino, es la primera vez que se detecta una facción de la Mocro Maffia con intenciones de instalarse en Catalunya. Aunque si bien es cierto que esta mafia holandesa tiene una fuerte presencia en la Costa del Sol (Málaga), donde estuvo viviendo durante unos años la cara más conocida de esta compleja organización criminal – Ridouan Taghi --, nunca antes se había detectado con la misma intensidad al norte de la península.

Los investigadores, matizan, no han podido relacionar esta facción con otros miembros o clanes de la Mocro Maffia detenidos tanto en España, Holanda o los Emiratos Árabes por cometer escabrosos delitos de sangre por distintas ciudades europeas. Por lo tanto, a priori estas detenciones no tienen nada que ver, al menos directamente, ni con Taghi; ni con la detención del pasado mes de julio en Barcelona de uno de los autores de la muerte del periodista neerlandés Peter R. de Vries, asesinado en 2021 por miembros de esta peligrosa mafia mocro-holandesa.

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