Una macro organización criminal china. Dos clanes familiares en cabeza, los Lin y los Zengh Wei. Trece naves industriales dedicadas exclusivamente a la producción masiva de marihuana y cerca de 40.000 plantas incautadas. La “Operación Breda” contra estas dos familias pertenecientes al Bang de Fujian (la macro organización criminal madre, compuesta por varios clanes) se ha saldado con unas cifras sin precedentes por el número de entradas realizadas, el número de detenidos y el abasto e influencia de la banda desarticulada. En total: 65 detenidos, 29 de ellos ya en prisión provisional desde el pasado fin de semana, y 29 entradas y registros en varios domicilios, locales y naves industriales de Barcelona, Tarragona, Oviedo, Gijón, Bilbao, así como en Portugal y Países Bajos.
Como han asegurado en rueda de prensa los inspectores Toni Salleras, jefe del Área Central contra el Crimen Organizado de los Mossos d’Esquadra, y Juan Pablo Iglesias, jefe de la sección OTC (Organizaciones Criminales Transnacionales) de la Comisaria General de la Policía Judicial de la Policía Nacional, se trata de una organización altamente especializada, muy sofisticada y líder en el cultivo y tráfico de marihuana internacional.
Asentados en Catalunya desde 2012, aproximadamente, los clanes del Bang de Fuijan son unos viejos conocidos de los cuerpos policiales. Con antecedentes por delitos contra el derecho a los trabajadores y la trata de blancas, los investigadores vinculan a estas dos familias, los Lin y los Zeng Wei, con el tráfico de estupefacientes desde 2017.
Más de 40.000 plantas incautadas
Sin embargo, la investigación en cuestión no se inició hasta finales de 2019 cuando Mossos, por un lado, y CNP, por otro, detectaron varios envíos de paquetería que contenían importantes partidas de marihuana envasada destino Europa. Y, así fue como, bajo la tutela del Juzgado de Instrucción 5 de Badalona, ambos cuerpos policiales aunaron fuerzas para desmantelar a estos clanes líderes del narcotráfico internacional.
Gracias a las primeras indagaciones policiales, además de los antecedentes que ya se tenían de esta organización, se pudo constatar que, detrás de estos envíos, se ocultaba un potente grupo criminal, asentado casi en su plenitud en Catalunya, aunque con diferentes ramificaciones en varias ciudades españolas y europeas. Con todo, la investigación culminó el pasado 14 de abril, cuando más de 350 agentes de ambos cuerpos policiales pusieron en marcha sendos operativos en Catalunya y Asturias con el objetivo de detener y desarticular a los miembros de esta mafia.
Durante el dispositivo policial que se llevó a cabo entonces, se localizaron y desmantelaron trece plantaciones que albergaban casi 40.000 plantas de marihuana en diferentes fases de crecimiento. Las plantaciones disponían de sofisticados sistemas de cultivo y mantenimiento, que se nutrían de manera ilegal de fluido eléctrico. Este dato vuelve a demostrar, según los portavoces policiales, el alto grado de especialización de los grupos criminales investigados. Por este motivo en la operación también intervinieron técnicos de Endesa que determinaron que había siete conexiones fraudulentas en la red eléctrica, las cuales suponían un consumo ilegal equivalente al consumo anual de 1.177 viviendas.
Funcionaban como una cooperativa criminal
Ambos clanes funcionaban, según han relatados los inspectores, como una cooperativa. Entre sus miembros buscaban hasta cinco inversores por cada nave que querían habilitar para el cultivo de marihuana. Cada uno de ellos debía entregar 20.000 euros, recogiendo un total de 100.000€ por nave. A los tres meses empezaban a recoger beneficios, que eran repartidos entre los inversores iniciales. Y así hasta en trece ocasiones.
De este modo, aseguraba el Inspector Salleras, los clanes garantizaban que si uno de sus locales caía (bien por la acción policial o por un “vuelco” – un atraco por parte de otra organización criminal -) las pérdidas ocasionadas no eran catastróficas. Se estima, han asegurado los inspectores, que los beneficios obtenidos ascendían a los 6 millones de euros. El Inspector Iglesias, por otro lado, matizaba el elevado grado de profesionalidad y coordinación de estas familias. Bajo una estructura totalmente piramidal y llevando una vida muy austera, los Lin y los Zengh Wei se habían posicionado los capos de la marihuana dentro del entramado Bang de Fujian. Convirtiéndose, además, en dos clanes líderes del narcotráfico a nivel estatal e internacional.
Principalmente asentados en Barcelona, Badalona y Santa Coloma de Gramanet, los jefes de estos dos clanes, de mediana edad, solían cambiar de domicilio de forma bastante frecuente con el fin de dificultar las posibles acciones policiales.
De influencia internacional
Los agentes han explicado que a pesar de los delitos que se les imputan, pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, blanqueo de capitales, usurpación de identidad, defraudación de fluido eléctrico y falsedad documental, no se trata de un grupo violento. De hecho, fueron víctimas de un “vuelco” por parte de otra organización criminal y los asaltados entregaron la droga sin oponer resistencia, al igual que durante las detenciones, según han asegurado ambos Inspectores. Eso sí, al igual que mantenían enemistad con otros clanes rivales, dedicados también al cultivo de marihuana, mantenían estrechas relaciones con otras organizaciones criminales polacas o albanesas a quienes les facilitaban el suministro de esta droga.
Su abasto e influencia era tan amplio que se han podido acreditar más de 700 envíos de paquetería, que contenían marihuana, a diferentes puntos de Europa (Francia, Portugal, Holanda, Alemania, Rumanía, el Reino Unido, etc.). Además, la organización contaba con diferentes personas que, asentadas en diferentes países de Europa, gestionaban la venta de las partidas de droga producidas. De ahí que, gracias a la Europol, se hayan llevado a cabo también varios registros en Portugal y Países Bajos.
El Bang de Fuijan: el crimen en todas sus facetas
Los inspectores Salleras e Iglesias han hecho especial hincapié en la perfecta organización de los clanes desarticulados, pertenecientes al Bang de Fuijan, nombre elegido por la región de origen de los delincuentes. Matizando que dicha organización madre está compuesta por distintas familias, todas de origen chino, cada una de ellas especializada en la comisión de uno o varios delitos asociados.