“Los Trileros del tío Sam” (Ed. Carena) es un libro valiente. Una investigación periodística que pretende arrojar luz y poner orden a todos los movimientos turbios que rodearon el cierre de la Banca Privada de Andorra.
Los trileros del tío Sam (Ed. Carena) empiezan con una anécdota. Con una historieta entre un extrabajador de la Banca Privada Andorrana (BPA), Xavier Campos, y el comandante de la Guardia Civil Basilio Luis Sánchez Portillo.
Este encuentro nada casual en un restaurante de Barcelona introduce una investigación periodística que, a pesar de no revelar nada nuevo, pone mucho orden, fechas, nombres y apellidos a la trama que, presuntamente, se cocinó en las ‘cloacas del Estado’ y que provocó la caída de la BPA en marzo de 2015.
La nota del FinCEN y la presunta participación del Estado Español
El libro se puede dividir en dos partes: una primera parte más analítica sobre la notice 311 que el FinCEN (el órgano antiblanqueo del Tesoro Norteamericano) emitió ese mes de marzo y que fue la chispa que dinamitó el cierre de BPA; y una segunda en la que se recogen, mediante recortes de prensa, todas las informaciones que han ido saliendo y que relacionan, con pruebas documentales y sonoras, la presunta implicación de la cúpula de Mariano Rajoy y la ‘policía patriótica’ con el cierre inmediato y taxativa de dicha entidad.
La nota que se cargó un banco a miles de KM de distancia
Este libro analiza, una por una, todas las causas de presunto blanqueo que el FinCEN citó en su demoledora nota de 2015. En dicha alerta se señalaba a BPA como una entidad facilitadora del blanqueo de capitales de varias organizaciones criminales de relevancia internacional. Desde el cártel de Sinaloa, la mafia china, la rusa o una trama venezolana.
Todas ellas, causas o procedimientos que cuando se emitió la nota ya estaban judicializados y que, con el paso del tiempo, se ha acabado demostrando por la vía judicial que o no tenían relación alguna con BPA o que no había pruebas de blanqueo alguno.
De hecho, un año más tarde, en 2016, y tras una primera denuncia de los hermanos Cierco, propietarios del banco perjudicado, el Tesoro Norteamericano prefirió retirar la nota antes que revelar la información que le sirvió de base para la emisión de la misma. Es en este punto que, junto con las presiones que recibieron los altos cargos de BPA por parte de las caras más conocidas de la policía patriótica (Marcelino Martín Blas o Celestino Barroso) que los Cierco y el entorno de BPA esté convencido de la participación de España en todo este entramado.
¿Por qué?
Marcelino Martín Blas, comisario jubilado de la Policía Nacional, le fue muy claro a Joan Pau Miquel, exCEO de BPA, en un encuentro que tuvieron en el Hotel Villamagna de Madrid meses antes del cierre: “España está en guerra con el independentismo y si no colaboráis, los americanos os cerrarán el chiringuito”. Y eso fue justamente lo que pasó.
La ‘policía patriótica’ bajo las órdenes de la cúpula de Mariano Rajoy estaba convencida de que en BPA encontrarían las cuentas “en B” de los líderes independentistas y, así, podrían acabar con el movimiento, desprestigiando a sus líderes. Si el banco no colaboraba, harían todo lo posible para intervenirlo y obtener la información deseada – información que, por cierto, nunca consiguieron, porque no existían dichas cuentas, al menos en la BPA --.
“De lo de Andorra ya me ocupó yo”
Así, segunda parte del libro pone orden a toda una sucesión de reuniones entre Villarejo, Eugenio Pino, Alicia Sánchez Camacho y otras caras de la conocida ‘operación Catalunya’, que han ido apareciendo en los medios, y de donde se extrae información muy interesante sobre la presunta participación de todos ellos en la elaboración de unos informes cocinados que iban a terminar en manos del FinCEN. “De lo de Andorra me ocupo yo” se filtró en uno de los audios que han ido saliendo en las causas abiertas contra Villarejo.
Por lo tanto, Los Trileros del tío Sam es un libro valiente, un coctel que mezcla la corrupción política, económica y el procés, y cómo todo ello terminó con el cierre de un banco, dejando cientos de trabajadores desamparados y sin protección. Es una investigación periodística en formato libro que aborda con rigor la “no-ficción”.
Un libro valiente que pretende poner orden
Así pues, con estas páginas se pretende arrojar un poco de luz a todos los movimientos turbios que han rodeado el cierre de BPA y que con los años se han ido evidenciando. Se pretende ordenar unas informaciones que empezaron como un rumor y que, en la actualidad, gozan de pruebas documentales que las avalan. Sin embargo, la ‘operación Catalunya’, a pesar de que se ha reconocido la existencia de una trama parapolicial y política para frenar el movimiento independentista, no interesa ni a jueces, ni políticos.
Muchos parecen haber olvidado todas las secuelas de esta guerra fría entre España y Catalunya. Sin embargo, en Andorra, 24 trabajadores de la extinta BPA siguen sufriendo las consecuencias de todo ello, inmersos en un eterno proceso judicial que se inició en 2015 y que sigue en la actualidad como consecuencia de la intervención por blanqueo. Y es que aunque la mayoría de las causas criminales que citó el FinCEN en su nota han resultado ser polvo, la justicia andorrana sigue señalando a los trabajadores del banco como piezas necesarias para dicho presunto blanqueo.
Paralelamente, en España la misma causa judicial contra Banco Madrid – la filial española de BPA – ha terminado con la absolución de todos los trabajadores implicados.
Los trileros del tío Sam nunca dejan ganar
Así, les animamos a leer esta pequeña obra periodística, escrita por una de las redactoras de esta casa, Míriam de Saint-Germain, y que reúne las piezas básicas para entender cómo España engañó a Estados Unidos para arrodillar a Andorra y acabar con el procés.