Una mafia albanesa en Catalunya facturaba 12 millones anuales con el tráfico de marihuana

Los Mossos d'Esquadra desarticulan esta organización en colaboración con el Servicio de Vigilancia Aduanera  /  CME
photo_camera Los Mossos d'Esquadra desarticulan esta organización en colaboración con el Servicio de Vigilancia Aduanera / CME
Se estima que los beneficios de esta organización podrían ascender a los 3 millones de euros anuales. Cifra que subiría hasta 12 millones si la droga salía hacía Europa

Albaneses. El 90% de los detenidos sin antecedentes.  Muchos de ellos hacían funciones de jardinero: cultivaban la marihuana y defendían las instalaciones en caso de amenaza. En total, 24 plantaciones fueron inhabilitadas, más de 22.000 plantas aprehendidas, y 56 personas quedaron detenidas. Trece de ellas – la cúpula que dirigía toda la organización criminal – ya han ingresado en prisión provisional. Así lo ordenó el titular del Juzgado de Instrucción Central 1 de la Audiencia Nacional, a cargo de esta investigación conjunta entre los Mossos d’Esquadra y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria.

Todos los detenidos, de entre 19 y 58 años, están acusados de presuntos delitos contra la salud pública por tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y defraudación del fluido eléctrico.

 Una de las mayores redes de tráfico de marihuana

Un año de investigación ha permitido desarticular una de la mayores redes criminales, asentada en Catalunya, dedicada al tráfico de marihuana. Se estima que sus beneficios ascendían los 3 millones de euros anuales. Cifra que podría multiplicarse hasta los 12 millones si la droga se exportaba fuera de España.

Se trata de una organización criminal albanesa, con colaboración de productores autóctonos, y con ramificaciones en las cuatro provincias catalanas, pero con especial incisión en las demarcaciones de Girona y Tarragona. Muy bien estructurada, con cargos bien definidos y con unos niveles de “profesionalidad” y “sofisticación” inéditos hasta la fecha, ha reconocido el subinspector de los Mossos, Josep Boixadé, jefe de la División de Investigación Criminal de la Región Policial Central en rueda de prensa.

Contaban con un electricista profesional

De hecho, fue precisamente la complejidad de la instalación eléctrica y el excelente montaje de la infraestructura lo que hizo sospechar a los investigadores, tras el descubrimiento de una plantación en Sant Vicenç de Castellet (Bages, Barcelona), de que estaban ante una macro organización con muchos recursos. Este hallazgo, en mayo de 2021, propició la presente investigación y poco después, las primeras pesquisas evidenciaron de que existía toda una red de plantaciones muy similares, con la misma estructura eléctrica, por todo el territorio catalán.

Se descubrió que todas ellas estaban dirigidas por personas de origen albanés y compartían el mismo electricista profesional, encargado de poner en marcha la plantación. Este era el responsable de “pinchar” la luz e instalar un avanzado sistema de riego. En este sentido, la presente investigación ha calculado que esta organización puede haber llegado a defraudar 1,5 millones de euros de la red eléctrica. Consumiendo lo equivalente a 1.256 viviendas.

Con todo, solían establecerse en inmuebles o naves industriales, que alquilaban por la vía legal.

Un intento de “vuelco” precipitó la explotación del caso

De este modo, y durante este año, los investigadores fueron trazando un mapa en el que iban ubicando todas las plantaciones y sus respectivos responsables. Sin embargo, una tentativa de “narco asalto” precipitó la explotación de la investigación, que se desarrolló el pasado 24 de mayo en distintas ciudades de las cuatro provincias catalanas. Aunque el “vuelco” – como se conoce cuando una organización asalta y roba a otra – no se desarrolló con éxito, pues los asaltantes se confundieron de nave, los investigadores creyeron que “había llegado el momento de actuar y desarticular toda esta red”.

Droga, armas y dinero

De este modo, los dos cuerpos policiales, bajo la tutela de la Audiencia Nacional, desarrollaron un macro dispositivo que contó con 37 entradas y registros. Se logró desarticular 24 plantaciones, aprehendiéndose 166 kg de cogollos listos para su venta. Durante el operativo, además, también se localizaron 225.765 euros en efectivos y varias armas blancas y de fuego.

En este sentido, la tenencia ilícita de armas, advertía en rueda de prensa el subinspector Boixadé, “suele ser un delito asociado al cultivo y tráfico de marihuana porque estos grupos criminales adoptan medidas de protección para defenderse, precisamente, de los ‘vuelcos’”. Y no solo lo hacen con armas, lo que evidentemente genera más sensación de violencia, sino con otros mecanismos como cámaras de videovigilancia y sistema de alarma.

La estructura interna de la organización

La organización estaba jerarquizada y muy bien estructurada. De hecho, su complejidad y ramificaciones es lo que propició que el Juzgado de Instrucción inicial, ubicado en Manresa, se inhibiera a favor de la Audiencia Nacional. Según se desprende de la investigación, los líderes de esta organización criminal contrataban a compatriotas albaneses sin antecedentes para que trabajaran en sus plantaciones. Si los detenían, los enviaban de nuevo al país de origen y contrataban a otros. Además, los sometían a un control estricto para asegurarse de que su negocio quedaba alejado de los cuerpos policiales y grupos rivales.

Cultivaban dos tipos de marihuana, cuyo precio en el mercado negro oscila entre los 2.300 y los 2.500 euros el kilo. Se transportaba por vía terrestre, aunque se detectó en una ocasión la venta a locales de suministro de material para el cultivo de marihuana. Todos los beneficios los recibían en efectivo y, de hecho, el Servicio de Vigilancia Aduanera mantiene abierta una investigación para averiguar cómo blanqueaban todo el dinero ilícito obtenido de esta actividad.

Tres hipótesis de blanqueo

En este sentido, se mantienen tres hipótesis de blanqueo, que deberán confirmarse con el estudio de todo el material requisado tras los registros: por un lado, con el envío de dinero a Albania. Y por otro, con la compra de locales de restauración, principalmente, bares y cafeterías o inmuebles de lujo, por parte de los líderes de la organización, ha explicado el jefe del Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria a la demarcación de Girona, Antonio Lajusticia.

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