Los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional han detenido esta mañana en La Múnia (Barcelona) a uno de los fugitivos más buscado de España y al que consideran el autor material del asesinato de un empleado de una empresa de Tarragona durante un atraco en 2002.
El fugitivo, al que se le había perdido la pista en 2012 tras ser condenado a 25 años de prisión por aquellos hechos, vivía desde entonces en una masía aislada y bajo otra identidad en la localidad de Castellví de la Marca (Barcelona). El hombre, que incluso había ocultado su verdadera identidad a su actual pareja y a la hija de esta con las que convivía, había conseguido ocultarse hasta el día de hoy gracias a la ayuda de su entorno. Según fuentes policiales, sus familiares le han proporcionado apoyo económico así como lo básico para vivir de forma que él se mantenía oculto en el interior de la masía prácticamente todo el día.
Tras descubrir el escondite de este fugitivo, sobre el que pesa una orden de detención e ingreso en prisión por homicidio doloso y robo con fuerza, los Mossos desplegaron un amplio dispositivo para detenerle. Sin embargo, consiguió huir de la masía por una puerta trasera y esconderse en una zona boscosa junto a su pareja. Finalmente, gracias a la ayuda de medios aéreos y de una cámara térmica, los agentes han podido detenerlo cerca de La Múnia, donde había quedado con unos familiares para que lo recogiesen y lo ocultasen nuevamente en un lugar desconocido. La pareja del detenido y la hija de esta se han mostrado profundamente sorprendidas al conocer la verdadera identidad del hombre y sus múltiples antecedentes violentos.
Autor de un asesinato en 2002
El 25 de julio de 2002 el detenido, junto a otras dos personas, cometió un atraco en una empresa de Tarragona con el rostro cubierto con un pasamontañas y armado con una escopeta de cañones recortados y un revólver. Cuando huían con el botín, uno de los trabajadores de la empresa se abalanzó sobre él y consiguió quitarle el pasamontañas. Como respuesta, el ahora arrestado, le disparó con la escopeta de cañones recortados en la cabeza, causándole la muerte.
En aquel momento, debido a las técnicas forenses de las que se disponía, la policía no consiguió determinar la identidad del autor del asesinato. Fue en 2012 cuando, gracias a los avances tecnológicos, pudieron extraer ADN del pasamontañas y determinar la identidad del delincuente. En 2012 fue detenido como autor del disparo aunque logró escaparse y permanecer en paradero desconocido hasta el día de hoy.
Los avances permitieron vincular también al ahora detenido con una organización criminal a la que los Mossos atribuyen setenta y nueve atracos y tres víctimas mortales más.