[Vídeo] Coronavirus: el cierre de las discotecas, el auge de los botellones

El cierre de las discotecas ha hecho un flaco favor a la propagación del virus, provocando como consecuencia el auge de los botellones en la vía pública y, por supuesto, de su rastro, dejando las calles donde se celebran, llenas de botellas, cristales y plásticos.

En el aparcamiento de una conocida discoteca de Llinars del Vallès (Barcelona) se observa el rastro de un macrobotellón celebrado este pasado fin de semana. Como se puede ver en el video, al que ha tenido acceso eltaquigrafo.com,un mar de plásticos rotos, botellas de alcohol, vasos, bolsas… constituyen todo un arsenal de residuos evidentes de una fiesta ilegal en el descampado colindante al local cerrado por orden del comité técnico del Plan Territorial de Protección Civil de Catalunya (Procicat), ante el aumento de los rebrotes en Catalunya. El cierre de las discotecas en toda Catalunya ha hecho un flaco favor a la propagación del virus, provocando como consecuencia inmediata, el auge de los botellones en la vía pública.

Un cierre que, cabe recordar, el sector tilda de «injusto y desproporcionado» al no haber indicios de rebrote en ningún local de ocio nocturno de Catalunya. Esta medida drástica obligó a cerrar todos los locales de todo el territorio, incluyendo aquellas zonas donde los rebrotes son prácticamente inexistentes.

Botellones: «el origen de los rebrotes»

Ahora, playas, plazas, parques, aparcamientos —y cualquier zona que invite a convertirse en un espacio apartado y mínimamente reservado— se han convertido en la alternativa veraniega al cierre de discotecas, y los botellones se han masificado en toda Catalunya, siendo el litoral catalán la zona con mayor número de concentraciones de este tipo. Esta consecuencia era algo previsible y el sector ya alertaba de que pasaría. Las imágenes son ilustradoras de una realidad que ha estado muy presente en muchos puntos de Catalunya durante el fin se semana y que deja un escenario repleto de porquería y no poco desolador.

En el caso de Llinars, la fiesta ilegal aglutinó a más de 200 personas que, según la Policía Local de dicho municipio, no reunieron, en ningún momento, las medidas de seguridad establecidas, ni las distancias de seguridad obligatorias.

La patronal catalana de ocio nocturno, Fecalon, se queja de que es precisamente en estos botellones donde se generan los rebrotes y no en los locales de ocio nocturno que, como ya ha adelantado este medio, han denunciado ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya la medida de cierre total, al considerar que vulnera los derechos de libertad empresarial de trabajadores y propietarios.

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