Madrid, visto por Andrés Trapiello (León, Manzaneda de Torío, 1953) en su erudito, revelador, amoroso y enciclopédico libro editado por Destino y titulado así, MADRID, es una biblioteca repleta de libros que se contradicen entre sí. O una ciudad-puzzle hecha como a retazos por la Historia, la cual, por eso, carece del mal gusto de las ciudades bonitas pero está le sobra encanto bizarro.
Una mezcla de literatura, historia, leyenda, conjuras políticas, grandes faenas toreras e ingeniosas tertulias de taberna, aventuras, desventuras. Un olor a acacia en primavera. Los azules plateados de la sierra de Guadarrama pintados por Velázquez. Goya. Galdós. La suma de las identidades de España. El rastro, Las estatuas. Las tabernas. Una trayectoria de once siglos. La lucha a muerte entre las ordenanzas municipales, la voracidad de los especuladores y la sentimentalidad de los cronistas municipales.
Un tratado de historia de Santos Juliá. Los aciertos urbanísticos de Carlos III y los destrozos de Franco. Una mezcla de deshechos de ciudad y lujos de aldea, esto es, el paraíso (por decirlo otra vez con don Benito Pérez Galdós). Un cuadro de José Gutiérrez Solana y sobre todo sus memorias.
Andrés Trapiello nos hace con este libro brillante en texto y selección de imágenes de guía por Madrid. Y nos enseña su historia y sus rincones. Y su belleza insólita. Los lugares que más le gustan y los que considera fosilizados. Los que lo dicen todo y los que lo tienen todo dicho. La lucha por la vida de sus gentes y la condición de mezcla ensanchada de la ciudad toda. Los desastres globales y su superación estoica. La libertad. Sí, la libertad en grado sumo…
Lo hace con su prosa suelta, realista, lírica y cristalina que no rehúye ni el culturalismo ni las elipsis. Con sus fervores compartidos, su conmovedor relato autobiográfico, sus cuitas de escritor profesional de larga trayectoria, y sus dardos vengadores. Con su agudeza. Con su pasión literaria y sus opiniones estéticas y políticas que en estas páginas no se ahorra. Y termina personalizando la ciudad en grado sumo al hablarnos de sus diez edificios favoritos, de sus libros preferidos sobre la ciudad, sus museos, sus parques, sus jardines.…
Todo para que tengamos un guía de excepción a la vez culto, sincero, claro, sabio, documentado, entrometido y verbalmente desmesurado quizás.
Este libro es magnífico y quedará.