¿Quién mató a Juan Artolabe?
La gran dama del crimen Agatha Christie, como si la vida y la muerte fueran un juego, como si la justicia triunfara, como si el crimen no pasara de ser un suerte de folklore, ideaba con un talento sin igual y gran capacidad de embeleso personajes sinuosos que oscilaban entre lo galante y lo cursi, y tramas ingeniosas, en una mecedora, o sobre una mesa camilla ante su ventanal con vistas a la verde campiña inglesa.
Pero no lo hacía para eso que Hanna Arendt denominó “la banalidad del mal”, sino para hacernos ver que existe una luz de frivolidad que ilumina el mundo para hacerlo soportable.
Y fue su entretenidísima, magnética y adictiva habilidad para ayudar a soportar el mundo, y hasta para olvidarlo, lo que convirtió a Aghatha Christie en la reina de la novela-enigma.
¿Y qué es la novela-enigma? La novela policial sin preocupaciones sociales evidentes que no se aparta del esquema narrativo de un mundo, un crimen, una investigación, unos falsos culpables y un culpable.
Y la novela-enigma empieza a tener un lugar destacado ahora también en la nueva novela negra vasca; “la txapela noir”.
Vean sino la última novela publicada por Javier Sagastiberri MUERTE EN EL CARLTON (Ed. Erein).
Es una novela sobre la alta sociedad mediante un epítome, esto es, mediante un gran empresario, Juan Artolabe.
Resulta que Juan Artolabe (un empreario poderoso, familiar y feliz; uno dueño de una fortuna de origen desconocido, y que vive en Neguri, una sociedad cerrada de ricos bilbaínos), durante su fiesta de cumpleaños a la que asisten más de cien invitados, ha sido asesinado. Y la policía ha retenido a tal efecto a todos los asistentes (amigos, familiares, socios y demás) porque, según Ana Larburu, suboficial de la Ertzaintza que lleva el caso, todos son sospechosos.
La reconstrucción de los hechos será una revisión completa de la vida del empresario protagonista en la línea de Stanivslaki en La construcción de un personaje. Su familia se nos revelará con secretos y odios tal que en un culebrón o una tragedia de Shakespeare. La investigación será enrevesada, teatral en su disposición escénica pero psicológica y social en su descripción de la clase rica y poderosa, casi psicoanalítica y cainitamente bíblica en su descripción de las rencillas familiares, política en su denuncia del origen oscuro de no pocas grandes fortunas, y, en suma, sorprendente en su aspecto detectivesco… ¡Y el final es un hallazgo alucinante!
En efecto tras una novela excepcional de gran personalidad literaria y que mantenía la trama bailando en el absurdo durante gran parte de la obra como lo fue UN DIOS CIEGO, y tras la meritorio UNA TUMBA SIN NOMBRE y dos novelas noir interesantes, EL ASESINO DE REINAS y PERVERSIDAD, ambas en la esfera del hard boiled y el country noir en la última, Javier Sagastiberri da un giro dentro del noir y, como la también novelista de la txapela noir Laura Balagué, regresa a las librerías, pero esta vez queriendo acrecentar las revisiones de la novela-enigma que últimamente están en auge en la novela negra vasca.
Así JS en MUERTE EN EL CARLTON, mezclando la influencia indudable de Agatha Christie con la de George Simenon y el genial matrimonio sueco Per Wahloo y Maj Sjowall, pero aderezándolo con un homenaje al Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald y con un protagonista (Juan Artolabe) y un final de novela ambos tan espléndidos como dignos del Ciudadano Kane de Orson Welles, logra una novela ingeniosa, fresca, repleta de personajes que son psicópatas de armario expertos en disimular en la línea de Agatha Christie, y, en suma, ciertamente entretenida.
¿Quién mató al embajador?, preguntaba Alberto Vázquez Figueroa. ¿Quién mató a Juan Artolabe se pregunta JS no tanto en la línea de Vázquez Figueroa como en la de José María Guelbenzu?
He aquí una novela con muy buenos mimbres comerciales que va a vender mucho.
Javier Sagastiberri con esta obra se convierte con todo merecimiento en el Guelbenzu de la txapela noir.
No se lo pierdan.