TARADA de Carolina Sarmiento

Tarada, literatura con mucha frescura y mucha verdad que se escribe sin planes y se lee sin desmayo porque te proporciona tantas ganas de vivir deprisa como de soñar despierto

Harta de que llueva, una chica aspirante a liberada y agresiva de la que no sabemos el nombre (pero que nos recuerda un poco a la Geena Davis de Thelma&Louise), ella, una topógrafa como la protagonista de LA ESCALA DE LOS MAPAS de Belén Gopegui, sí, una vitalista sin orden ni concierto a la vez escritora, musiquera e improvisadora como los personajes de Jack Kerouac en ON THE ROAD, una vividora, una tarada en el sentido imprevisible y celebratorio, un personaje fascinante, ella, ¡ella!... De pronto se pone los vaqueros encima del pijama, se mete en su viejo coche, y, como en CAÍDOS DEL CIELO de Ray Loriga, inicia un viaje con rumbo a un sitio cálido.

Pero resulta que ese viaje underground tiene menos de huida que de iniciación, como en EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO de Sallinger.

Y por el medio todo lo que la pasa (sexo, prisa y prosa en un viejo coche junto a un perro asesino y una mujer que no habla su idioma yendo cada vez más lejos de casa y más carca del mundo –pero pasando por la playa, la cárcel, el hospital, el infierno de la muerte y el paraíso de la amistad incondicional) mientras no sabe a donde se dirige porque lo que importa es el viaje, que diría Kabafis

Y todo contado con prosa suelta, con desparpajo beat generation, con estructura-pastiche (fíjense si es pastiche la estructura que integra acción, monólogo interior, prosa de diario, poesía, letras de canciones, diálogos repletos de naturalidad y demás familia), con humor, buen pulso narrativo y con el vértigo ingenioso propio de Enrique Vila Matas, si Enrique Vila Matas fuera mujer y estuviera empezando.

En efecto, todo para construir una nouvelle de iniciación con road-novel posmoderna dentro que es un delicioso canto a la improvisación vital, y un elogio de esa libertad que la mayoría de los seres humanos vamos perdiendo a medida que nos introducimos en el duro bregar de la vida en sociedad.

Literatura con mucha frescura y mucha verdad que se escribe sin planes y se lee sin desmayo porque te proporciona tantas ganas de vivir deprisa como de soñar despierto.

La primera novela de Carolina Sarmiento (Asturias, 1981) se titula TARADA, la publica Pez de Plata, se lee de nada, te lleva lejos y no se olvida.

No es una novela prometedora… Es mucho más que eso.

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