Un solo nombre basta para evocar cientos de presentaciones. Venecia es un escondite donde refugiarse de la monotonía, un lugar inverosímil donde es posible revivir diferentes épocas, un balcón para soñar donde el cielo está más cerca que la costa.
Para disfrutar de esta ciudad al completo, hoy nos disfrazaremos como ya lo hiciera la aristocracia del siglo XVIII: camuflándonos con la plebe y dando rienda suelta a los excesos y el libertinaje. Esta noche iniciaremos la tradición evocando una de las fiestas más famosas del mundo, el Carnaval de Venecia.
Mientras en otras latitudes el espectáculo se caracteriza por inexistentes vestidos coloridos y sensuales, los trajes del Carnaval de Venecia se inspiran en vestimentas del siglo XVII, convirtiendo los pintorescos atuendos en un símbolo nacional y, la interminable fiesta, en una costumbre. Lo primero que necesitamos para llevar a cabo nuestra transformación es alquilar una peluca, unos zapatos, un sombrero en caso de necesitarlo, accesorios varios y, por supuesto, conseguir una de las típicas máscaras venecianas.

Buscando en el navegador bajo las palabras en italiano “noleggio costumi di carnevale a Venezia” encontremos varias opciones donde los talleres artesanales ubicados dentro de la isla nos alquilaran la indumentaria completa, siendo uno de los más afamados el Atelier Marega. Si salimos prevenidos de nuestro lugar de origen e incluimos en la maleta una capa tupida y unos zapatos estilo Luis XIV, podremos ahorrarnos unos cuartos y adquirir los objetos indispensables para llevárnoslos puestos de vuelta a nuestra casa.
Prepárense para el recorrido, son días intensos con fiestas populares donde se fusiona la cultura con el colorido. Desde el Campanario de San Marcos, “el Vuelo del Ángel” iniciará el festejo al mismo tiempo que, por las calles y canales, las procesiones de carrozas comenzarán a desfilar. Tan indispensable es acercarse a los talleres donde los profesionales nos ayudarán a maquillarnos como probar los tres dulces típicos que se elaboran para estas fechas: los buñuelos, el “galano” y las trabucas (o “castagnoles”), concebidos para obviar las carnes en la época de cuaresma. La Fiesta de la Marie recuerda un acontecimiento histórico relacionado con los duques y las doncellas y, en la Piazza Ferretto de Mestre, los magos, músicos y malabaristas divertirán a los más pequeños con sus juegos y alegría.

Sin embargo, hay una actividad que se desmarca del recorrido público, tiene nombre de palacio y fama de lugar oscuro. Ca’ Dario es un edificio con vida propia. Los fenómenos que ocurren tras las puertas de esta magnífica casa lo han convertido en uno de las construcciones más aterradores de toda Venecia. Si usted es de emociones fuertes le gustará saber que, desde Marietta Dario, la heredera del Palacio en 1487, hasta el bajista de rock, John Entwistle, todos los habitantes que por él han pasado han muerto en extrañísimas condiciones, dando lugar a la creencia de que algo más que siniestro posee este lugar.
Monet realizó una serie de cuadros impresionistas para los que Ca’ Dario no solo fue musa sino también modelo y, el director de cine norteamericano, Woddy Allen se interesó por su compra, desistiendo en el intento un par de años después. En la actualidad se desconoce la identidad del propietario y el edifico está en restauración, lo que afortunadamente nos impedirá el acceso a su interior. No obstante, estaremos atentos cuando el gondolero navegue por el 353 del sesitiere de Dorsoduro y, desde la parte este del Gran Canal, advirtamos su abrumadora presencia…

Entre el Museo del Palazzo Grimani y la Basílica dei Santi Giovanni e Paolo, la librería Acqua Alta posee una estructura tan fascinante como extraordinaria. En este lugar también se cuecen historias tétricas y temibles, pero, afortunadamente, sus andanzas solo han quedado reflejadas en el papel. Es imposible visitar Venecia y no disponer de unos momentos (o varios años) para visitar tamaño templo de placer literario.
Caminando entre sus abarrotados pasillos, acariciando los libros que componen la gran góndola central convertida en estantería o trepando por los volúmenes que, con el tiempo, se han convertido en escalones, encontraremos libros que nos hablan de la ciudad y sus habitantes. Grandes historias de amor como la que Hemingway vivió en Al otro lado del rio y entre los árboles o de desamor como la que Thomas Man dejó por escrito en Muerte en Venecia. Shakeapeare narró la historia del Mercader de Venecia y con Ciudades Invisibles, Ítalo Calvino jugó con la terminología para acercarnos a lo que nuestros propios ojos se encargan de alejar. La Venecia de Jan Morris es un referente literario de la ciudad. La obra se publicó a finales de los años cincuenta y fue revisada en varias ocasiones por parte de su autora tras hacerse una reasignación de sexo y adaptar la historia a su nueva realidad. Pocas ciudades hay tan literarias como Venecia y nunca la literatura nos lo puso tan fácil para poder viajar sin movernos del sofá.

Aunque nos estemos acercando al final de nuestra jornada veneciana, la fiesta continúa. Este año 2023 el Carnaval de Venecia se celebrará desde el 4 hasta el 21 de febrero y miles de personas acudirán a él como llevan siglos haciéndolo, sin embargo, el turismo de masas mina la esencia de esta isla que se hunde sin solución.
Comparto la reflexión de Mar Padilla que, tan bohemia como realista, nos acerca a una de las ciudades más románticas del mundo. “Un día Venecia desaparecerá entre la marea y el turismo y, como un mito de la antigüedad, se hablará de ella como un sueño”.