Alerta policial en Barcelona por la visita del Rey y las próximas elecciones del 10-N

Unos Mossos d'Esquadra en un dispositivo policial, el pasado octubre, en Barcelona | CCMA
photo_camera Unos Mossos d'Esquadra en un dispositivo policial, el pasado octubre, en Barcelona | CCMA
Estos dos eventos han forzado tanto al Ministerio del Interior como a la cúpula de los Mossos, a reforzar la presencia policial ante la posibilidad de nuevos disturbios y protestas.

Este domingo, el Ministerio de Interior anunció un refuerzo «de especial intensidad» de las medidas de seguridad antiterroristas con motivo de la celebración de las elecciones generales del próximo domingo, 10 de noviembre. Esta decisión, tomada también en las pasadas elecciones del 28 de abril, se traduce, esta semana, en Catalunya y, en especial, en Barcelona, con una inyección de hasta 2.500 policías nacionales y casi 2.000 guardias civiles. Unas cifras que casi se asemejan en volumen a las que se movilizaron para el referéndum del 1-O. 

El equipo del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dado instrucciones para evitar la ocupación de los colegios electorales en la jornada de reflexión. La hipótesis inicial de trabajo era que ‹Tsunami Democràtic› organizaría actos en los centros y los abandonaría a las diez de la noche, para no alterar la votación del domingo. Sin embrago, la organización surgida a raíz de la sentencia del procés aseguró, tras conocer esta decisión, que la intención es la de «convocar una jornada de desobediencia civil» y «llenar las plazas de los municipios de las 16:00 a las 22:00 horas, en un jornada política, cultural y festiva», remarcando que se tratará de una convocatoria pacífica para el sábado de reflexión, pero que para el día siguiente se «defenderá el ejercicio de derecho a voto». 

Aun así, el blindaje policial empezará antes de lo previsto, dado que se prevén nuevas protestas y movilizaciones en contra de la visita del Rey y la princesa Leonor a Barcelona, para la entrega de los Premios Fundación Princesa de Girona, previstos para esta tarde en el Palacio de Congresos de la avenida Diagonal de Barcelona. 

Blindaje de Mossos y CNP

Los Mossos d’Esquadra, a través de los datos que maneja la Comissaria d’Informació, consideran que la visita del Rey a Barcelona es una de las dos fechas clave en el calendario de movilizaciones más inmediato. La otra fecha, por supuesto, el domingo de elecciones. 

Es por ello, por lo que tanto Mossos y Policía Nacional están en alerta para ir sofocando los distintos puntos de conflicto que surjan a raíz de la visita del monarca y su hija, y por las acciones que se celebren la víspera de las elecciones generales. Todo ello, de manera conjunta entre cuerpos policiales, como se ha hecho durante las jornadas de mayores altercados en Catalunya, tras la sentencia del procés. 

Los nuevos efectivos, que refuerzan las medidas del nivel 4 antiterrorista anunciadas este domingo por el consejo de Grande-Marlaska, se integrarán en un dispositivo que se sigue coordinando desde el Centro de Coordinación Policial (CECOR) de la Conselleria d’Interior. El objetivo es coordinar a los agentes que van llegando y establecer una actuación coordinada y efectiva.

Protestas contra el Rey

La visita de Felipe VI y su primogénita se ha constituido, pasadas tres semanas de conocerse la sentencia, como la ocasión perfecta para seguir con la intensidad de las protestas, sobre todo los que llevan semanas movilizándose en contra de la sentencia, y conseguir una gran repercusión. Y, así, lo han valorado colectivos como los Comitès de Defensa de la República (CDR), Arran, la CUP o Pícnic per la República, quienes han convocado a protestar frente al Palacio de Congresos contra la visita real con lemas como «Catalunya no tiene rey» o «Ni rey, ni miedo». 

De hecho, las acciones de protesta ya se iniciaron ayer con la cacerolada ante el hotel donde se alojan el Rey y la Princesa. Dicha protesta, que transcurrió sin incidentes, estuvo blindada ya por un amplio dispositivo policial que acordonó toda la zona y alrededores, incluso cortaron todas las vías por donde circuló la familia real en ambos sentidos, una medida insólita en este tipo de coberturas de seguridad.

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