El independentismo volvió a movilizarse. Esta vez, a las puertas del tercer aniversario del 1 de octubre, lo hizo en contra de la inhabilitación del presidente de la Generalitat, Quim Torra. Lo que empezó con varios cientos de concentrados en la plaza de Sant Jaume, de Barcelona, convocados por la ANC y Òmnium Cultural, coreando «¡Libertad!» a las puertas del Palau de la Generalitat, terminó con unos pocos manifestantes lanzando cabezas de cerdo y piedras contra los cordones policiales desplegados por los Mossos ante la Delegación del Gobierno, en la calle Mallorca, y frente al Parlamento de Catalunya, en el parque de la Ciutadella.
La movilización convocada por el Comité de Defensa de la República (CDR), que agrupó en su momento álgido hasta a unas 800 personas —en pleno rebrote de coronavirus— se disolvió cuando un grupo de manifestantes empezó con los primeros actos más violentos frente a la Delegación del Gobierno. Los pocos manifestantes que seguían tras el primer altercado bajaron pacíficamente por la calle Bruc hasta el Parque de la Ciutadella. Ahí, mientras que el grueso de los manifestantes decidió poner punto y final a la manifestación, un grupo logró forzar los accesos al parque —que llevaba cerrado desde media tarde— y se coló hasta llegar a las puertas del Parlament.
No se requirió de intervención policial
Una vez dentro de la Ciutadella, los pocos manifestantes que accedieron empezaron a lanzar piedras y otros objetos contundentes contra los agentes que custodiaban el edificio. Los Mossos alertaron por megafonía que si no se deponía con la actitud violenta se respondería con una actuación policial que, esta vez, no llegó a producirse. Un helicóptero de los Mossos sobrevoló la zona durante varios minutos para disuadir a los manifestantes que quedaban en el interior del recinto. Minutos antes de las 22.00 horas, la Ciutadella ya volvía a quedar libre de manifestantes y cerca de un centenar de personas se concentraba, a las puertas, de forma totalmente pacífica.
Por otro lado, un pequeño grupo de manifestantes, que se había dividido del grupo mayoritario, se acercó hasta la Jefatura Superior de la Policía Nacional, en Vía Laietana, que también estaba custodiada por los Mossos d’Esquadra, sin que se registraran altercados de ninguna índole.
En Girona, unas 1.500 personas se manifestaron contra la inhabilitación de Quim Torra. En la ciudad se desencadenaron dos concentraciones: una la que repite cada lunes la plataforma Girona Vota, en la Plaça del Vi. Y, por otro lado, la convocada por los CDR en el centro de la ciudad, donde se quemó una bandera española ante la Subdelegación del Gobierno y se lanzaron varias bolsas de basura.
Torra apareció con la polémica pancarta
Antes de que se desencadenaran las principales movilizaciones y tras el discurso institucional que Quim Torra ofreció este lunes en la Generalitat, el ya expresident, acompañado de su mujer y de otros representantes independentistas, apareció, a su salida del Palacio, con la polémica pancarta que le ha conducido a la inhabilitación.
Durante su discurso, Torra aseguró que su inhabilitación es una prueba más de la «represión» y los límites que el sistema autonómico impone sobre Catalunya y, por ello, argumentó que «la única manera de avanzar es a través de la ruptura democrática, pacífica y organizada», para lograr la independencia y «dejar atrás el régimen del 78».
Torra reivindicó, por otro lado, que las próximas elecciones deben convertirse en «un nuevo plebiscito y un nuevo mandato que confirme el referéndum».
Los Mossos, en 'alerta máxima'
Ya desde el inicio de las concentraciones, a media tarde de este lunes, cuando el presidente estaba aún en el palacio de la Generalitat, se pudo apreciar un fuerte dispositivo policial. Los Mossos d'Esquadra están en nivel de 'máxima alerta' por disturbios en Catalunya, desde el 24 de septiembre. Una decisión que tomó el gabinete de coordinación del Pla Operatiu Minerva, que regula la disponibilidad de agentes antidisturbios y que se diseñó para contener los graves altercados desencadenados por la sentencia del Tribunal Supremo (TS) contra los líderes del procés y que, por supuesto, se ha activado ante la inhabilitación de Quim Torra y los posibles altercados que se podrían haber derivado.
Como adelantó El Periódico, en una instrucción interna, el comisario jefe, Eduard Sallent, comunicó el jueves, 24 de septiembre, tanto a la Brigada Móvil (Brimo) como a las distintas Áreas Regionales de Recursos Operativos (ARRO) que sus respectivos turnos de trabajo y horarios habituales quedaban suspendidos y que todos los agentes antidisturbios de estos dos niveles debían estar disponibles para «maximizar y garantizar su capacidad de respuesta».
Sin embargo, fuentes policiales aclaran que todas estas medidas se han tomado a pesar de que es complicado de prever el grado de virulencia que alcanzarán las movilizaciones debido, sobre todo, a la efervescencia de la segunda oleada de contagios por coronavirus.
Trabajar desde la prevención
En la línea del trabajo preventivo de los Mossos, el recién nombrado conseller de Interior, Miquel Samper, aseguró el pasado viernes en TV3 que, ante la sensibilidad de las fechas venideras, incluido este lunes, Interior y, en especial, los Mossos están preparados para los posibles escenarios que se puedan desencadenar, trabajando desde la perspectiva de la prevención y la discreción. «Los Mossos trabajan desde siempre con mucha antelación. Hay comisarios que solo se dedican a dibujar posibles escenarios y determinar cuántos efectivos se van a necesitar», remarcó.