El pasado miércoles se celebró una reunión al más alto nivel en el Ayuntamiento de Barcelona para tratar el tema de la evolución del ocio nocturno tras su reapertura. En este encuentro, y según datos que facilitó el súper intendente de la guardia Urbana, se habría constatado por la policía municipal que la reapertura de las discotecas y salas de baile habría llevado a la desaparición del 60% de los botellones en la ciudad.
Gobierno, movimiento vecinal y patronal del ocio reunidos
A la reunión asistieron los máximos mandatarios del consistorio, la alcaldesa Ada Colau, el primer teniente de alcalde Jaume Collboni, y el regidor de seguridad ciudadana Albert Baltlle y la regidora Laura Pérez. Además, hubo miembros de asociaciones del movimiento vecinal de Barcelona y representantes del ocio nocturno.
Además del dato de la reducción drástica de los botellones en un 60% en la ciudad, se explicó a los asistentes que, desde enero a septiembre de 2021, periodo en que los locales de ocio nocturno estuvieron cerrados, la policía había recibido más de 20.000 quejas de la ciudadanía relacionada con los botellones y que se había superado el medio millón de personas desalojadas mientras participaban en estos encuentros en el mismo periodo.
Modelo de ocio a debate
Fernando Martínez, Secretario General de FECALON (Federació Catalana de Locals d'Oci Nocturn), en declaraciones a este medio explica que las y los empresarios de la noche han reclamado al ayuntamiento que se abra el debate sobre el modelo de ocio nocturno en Barcelona, ya que es algo que está pendiente, que nunca se ha hecho, y que debería empezar en los acuerdos que se consiguieron entre la ciudadanía y la administración y la patronal en 2005 y 2007, cuando se realizó una intensa campaña de insonorización y civismo.
3 de cada 10 locales han cerrado
Sin embargo, Martínez destaca otra petición que se ha llevado a esta reunión: “solicitamos que se revise el planeamiento urbanístico de la ciudad, ya que con el actual no se permite dar nuevas licencias para discotecas. Esto representa un grave problema ya que, después del Covid, entre el 25% y 30% de los locales han cerrado, y los que quedan abiertos no reabsorben todo el público que sale cada noche.
Un ejemplo claro de esta situación la tenemos en Ciutat Vella, concretamente en el Port Olímpic, donde el cierre de muchos de los locales ha dado como resultado que “hay un público muy determinado que antes era cliente de esos locales y que ahora genera un grave problema de civismo y convivencia por la zona”, según nos comenta Fernando Martínez.
Todas las partes se han emplazado para seguir trabajando.