Las nuevas restricciones impuestas por la Generalitat de Catalunya para intentar frenar la sexta ola de la pandemia del coronavirus, ahora en su nueva variante ómicron, han vuelto a suponer el cierre del ocio nocturno y las limitaciones en la restauración. Dos se los sectores más castigados económicamente como consecuencia de las limitaciones impuestas desde marzo de 2020.
Después de 10 semanas de reapertura las discotecas, locales de copas y salas de conciertos se ven obligados a volver a bajar la persiana. Los restaurantes a reducir el aforo al 50%. Ante esta nueva realidad, representantes de ambos sectores se han unido, en una foto histórica hasta la actualidad, para aunar fuerzas y denunciar, bajo una única voz, lo que, a su parecer, consideran unas medidas “arbitrarias”, “injustas” e “ineficaces”.
Criminalizados y estigmatizados
El colectivo se siente nuevamente criminalizado y estigmatizado, “somos los sospechosos habituales”, ha esgrimido Lluís Torrents, presidente de la Asociación de Salas de Concierto de Catalunya.
Tanto él como sus compañeros, de las patronales del ocio nocturno, Fecalon y Fecasarm, Pimec Turismo y el Gremio de Hosteleros de Barcelona han mostrado su total indignación por una decisión “unilateral”, pues el Govern no ha contado con ellos para tomar esta decisión que les afecta de lleno y que, a su juicio, abocará a una nueva etapa de botellones masivos y además no se acompaña de ayudas económicas. “A ver qué pasa con Nochevieja…” ha suspirado Ramón Mas del Gremio de Discotecas de Barcelona y provincia.
Estiman pérdidas de hasta 50 millones de euros
Y es que, con esta decisión tan drástica, la Generalitat “se ha cargado la campaña de navidad” ha sentenciado Roger Pallarols, del Gremio de Restauradores. Y es que no sólo cientos de reservas se han suspendido in extremis, sino que, como apuntaba David López de Fecasarm, ya se habían vendido miles de entradas para Fin de Año. Fernando Martínez de Fecalon, apunta a unas 200.000 hasta la fecha. Una vez más, lamenta Martínez, la precipitación de las medidas impuestas les deja con "las neveras llenas" y sin negocio, “al borde del precipicio económico”. En unas fechas, matiza Ramón Mas, que suponen para el sector la mejor época del año.
Es más, según datos de la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (Fecalon), el sector podría perder una cantidad de 50 millones de euros con este cierre, contando un gasto de 38 euros de media de consumo por persona en estos establecimientos. Sin embargo, la Generalitat, de momento, no ha ofrecido al sector cómo recuperarse de estas pérdidas. En este sentido, los portavoces lamentan que, junto a las medidas restrictivas, el Govern no anuncie un pack de ayudas, a pesar de que reconocen que ya “no confían” en el Ejecutivo porque todavía les deben las que prometieron para el verano.
A la espera de impugnar estas medidas
Por todo ello, y a la espera de saber que resuelve el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, así como la conclusión a la que llegan los presidentes autonómicos en la reunión del miércoles, la intención es impugnar todas estas medidas por el perjuicio ocasionado. “Lo estábamos haciendo bien. El ocio nocturno es un servicio que sólo consume el 5% de la población. No somos el origen del problema. En las anteriores olas hemos estado cerrados y los contagios permanecieron, ahora somos los primeros en cerrar. ¿Por qué?” se ha preguntado López. “Esto viene de los menores de 12 años que no están vacunados y, sin embargo, no han cerrado los colegios ni han cambiado el calendario escolar”, ha concretado.
La tónica general de todos los representantes ha ido encaminada en la misma dirección: desamparo institucional e ineficacia de unas medidas que les castigan cuando no se consideran el origen del problema. Cientos de personas se verán obligadas a quedarse en ERTE y volverá a aumentar la tasa de paro juvenil. En este sentido, David Brasé, vicepresidente de Pimec Turismo, ha insistido en que se debería buscar la manera de “contabilizar salud y actividad económica”.