Las nuevas medidas sanitarias para frenar la segunda ola de la pandemia del coronavirus no han sido, especialmente, del agrado de buena parte de la sociedad. El miedo a no poder remontar la crisis económica que la situación sanitaria ha provocado se suma a la sensación de limitación y encierro. Además, la palabra y las connotaciones del 'toque de queda' han alborotado a unos cuantos que se niegan a ver como sus derechos quedan limitados por el nuevo decreto de estado de alarma, que, aun siendo un recorte de derecho legal, muchos han considerado abusivo.
Es bajo este nuevo contexto que ciudades como Sevilla, Bilbao y Reus (Tarragona) han protagonizado varios altercados en contra del toque de queda que limita de forma tajante, con ciertas excepciones, la movilidad nocturna.
Bengalas y contenedores quemados en Sevilla
La barriada de Pino Montano, en Sevilla, vivió este miércoles una noche de altercados, cuando un grupo de jóvenes manifestantes reventaron la concentración promovida por la plataforma Pino Montano en lucha y que buscaba defender la supervivencia de los negocios del barrio, para lanzar bengalas, cohetes, botes de humo y quemar, al menos, un contenedor.
La Policía Nacional y la Local tuvieron que intervenir para frenar el descontrol y hacer cumplir con las nuevas medidas impuestas por el estado de alarma. No hubo detenidos, según han confirmado fuentes policiales, pero sí se identificó a varios de los implicados en los disturbios. Los incidentes comenzaron alrededor de las 22.30, incitados por varios jóvenes encapuchados al grito de «Menos policía y más sanidad». Uno de ellos, megáfono en mano, arengaba a los demás bajo consignas como «¡libertad!» o «tenemos derecho a estar en la calle».
Seis detenidos en Bilbao
Varios colectivos de la capital vasca animaron a los vecinos a salir a la calle y, bajo el lema 'No al toque de queda', se invitaba a «buscar de forma pacífica mostrar al mundo que podemos manifestar sin conflictos, en contra de las nuevas medidas de represión». La concentración comenzó a la hora prevista, con la presencia de alrededor de dos centenares de personas; sin embargo, no habían comunicado la convocatoria, como es preceptivo, y así se puso de manifiesto cuando la Ertzaintza les pidió que mostraran la autorización.
Fue entonces cuando comenzaron a registrarse diversos desórdenes, como el lanzamiento de petardos y el cruce y la quema de hasta una veintena de contenedores, según informó el Departamento de Seguridad. Varios furgones de la Policía autonómica y en torno a una treintena de agentes, entre efectivos de seguridad ciudadana y de la brigada móvil, tomaron posiciones en torno a la concentración y, tras algunas escaramuzas y carreras, detuvieron a uno de los participantes, un varón, acusado de desobediencia y resistencia a la autoridad.
Pese a la intervención policial, los concentrados continuaron en la plaza y en los alrededores en un ambiente de tensión que se prolongó más de una hora. Pasadas las diez y media de la noche los manifestantes empezaron a dispersarse, pero los incidentes continuaron y se extendieron a las calles aledañas. Al final, la Ertzaintza detuvo a otros cinco jóvenes, presuntamente, implicados en los altercados.
300 personas causan altercados en Reus
Una concentración de unas 300 personas contra el 'toque de queda' en Reus (Tarragona) acabó con 23 identificados, 19 denunciados y diez contenedores quemados en el centro de la ciudad, según datos del Ayuntamiento de Reus y de los Mossos d'Esquadra. El alcalde, Carles Pellicer, ha asegurado que son «unos hechos preocupantes que no se pueden repetir». Pellicer ha afirmado que la concentración no estaba comunicada ni autorizada, que no cumplía las medidas de seguridad y que acabó pasadas las diez de la noche, hora de inicio del 'toque de queda'. Según Pellicer, posteriormente, un pequeño grupo generó disturbios y actos violentos en el centro de Reus. Los Mossos han confirmado que alguna dotación fue atacada con piedras y huevos.
Días antes, en Barcelona, decenas de negacionistas se citaron en la plaza de Espanya para oponerse a las medidas. Al grito de «¡libertad!», los manifestantes, que en su mayoría no portaban mascarillas,cortaron el tráfico en este céntrico punto barcelonés como señal de protesta. Tras producirse altercados, la policía detuvo a cuatro manifestantes acusados de atentado a la autoridad, y dos agentes resultaron heridos leves, según adelantó El País.