El argelino Djilali Benatia, de 40 años,fue el único de los tres detenidos en Vizcaya por el crimen del concejal que contestó a todas las preguntas que le formularon las partes durante su comparecencia ante la juez instructora. La magistrada decretó el jueves por la noche el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para todos los detenidos como supuestos autores de un delito de homicidio.
Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Benatia describió ampliamente cómo “meses antes del asesinato” se planificó con detalle el crimen del concejal llanisco, de 52 años. El detenido explicó incluso como, tanto él como el argelino que está en Suiza, se desplazaron hasta Belmonte de Pría, donde residía Ardines y donde el presunto inductor del crimen, Pedro N.A., posee una residencia de verano a tan sólo cien metros de la del concejal, para supervisar el terreno.
El primo del concejal pagó 35.000 euros a los matones
Según el testimonio del argelino, el presunto inductor del crimen, primo político del concejal, los habría contactado movido por los celos que sentía ante la sospecha de que la víctima mantenía una relación sentimental con su mujer. La idea inicial era asustarlo, pero la situación se les fue de las manos, insiste el detenido.
Pedro N.A. les adelantó dinero en efectivo antes del crimen y les pagó el resto posteriormente. En total, pagó 25.000 euros a los dos sicarios no profesionales y otros 10.000 al arrestado que hizo de mediador.
Reconstrucción de los hechos
Con la declaración de D.B los investigadores pudieron concretar cómo se llevó a cabo el asesinato. Una vez los argelinos tuvieron la zona estudiada, intentaron llevar adelante su plan inicial de "dar un susto al concejal", según su declaración, y para ello colocaron una valla de obra que había en las inmediaciones para obligar al concejal a parar su vehículo. Sin embargo, Ardines esquivó la valla y salió por un lateral, por lo que frustró su plan y tuvieron que abortarlo.
Así, el 16 de agosto de 2018, los dos argelinos lo intentaron de nuevo y colocaron tres vallas de obra para bloquear el paso a Ardines. Cuando éste se bajó, con el motor en marcha y la puerta del piloto abierta, para retirarlas, le echaron espray de gas pimienta en el rostro.
Esta sustancia fue identificada en el cadáver del concejal de Llanes, en las vallas que sus atacantes usaron para obligarle a salir de su furgoneta y, lo más importante y determinante en la investigación, se ha identificado en el piso y en el vehículo de uno de los presuntos autores materiales de este crimen.
Los dos argelinos iban provistos con un bate de béisbol y una pala, instrumentos con los que golpearon al edil, pero Ardines "echó a correr" y, según el testimonio de D.B., cuando había recorrido unos 70 metros, le alcanzaron.
Insistieron en querer darle un “susto”
Benatia mantuvo, en todo momento, a lo largo de las dos horas que duró su declaración, que creyó que Ardines "estaba vivo" cuando él huyó del camino, aunque admitió oír a su compañero golpear de nuevo al concejal, antes de marchar del lugar.
De hecho, el hombre aseguró que supo que había muerto por los medios de comunicación. Su compatriota se asustó y huyó a Suiza, donde fue detenido hace tres meses por un robo con fuerza en un domicilio.
Con todo, los dos presuntos sicarios cuentan con un largo historial de antecedentes policiales, relacionados principalmente con el tráfico de drogas.
Por su lado, Pedro N.A. se negó a responder a preguntas, tanto las de la fiscal, como las de la juez, y se limitó a negar su participación en los hechos, al igual que negó conocer a los demás presuntos implicados, solo admitió conocer al mediador por “asuntos personales”.