“Así abatimos a Younes Abouyaaqoub, el terrorista de Las Ramblas”

Camino de Subirats (Barcelona) donde fue abatido Younes Abouyaaqoub
photo_camera Camino de Subirats (Barcelona) donde fue abatido Younes Abouyaaqoub
eltaquigrafo.com accede a la declaración jurada de los dos agentes de los Mossos que se enfrentaron con el yihadista autor de la masacre de Las Ramblas. Necesitaron 4 cargadores para abatirlo.

A las 16 horas del día 21 de agosto de 2017, seis días después del atentado de Las Ramblas, dos agentes de los Mossos d´Esquadra se toparon cara a cara con el terrorista Younes Abouyaaqoub, el yihadista que condujo la furgoneta que mató a 16 personas en Las Ramblas de Barcelona.

Era un día soleado. Caluroso. Un vecino próximo a Vilafranca del Penedés dio la alerta: había visto a alguien muy parecido el terrorista merodeando en las cercanías de Subirats (sur de Barcelona), entre viñedos rodeados de una zona boscosa.

De cara con el mal

Rápidamente los agentes se personaron en las inmediaciones de la zona descrita por el testigo. Estacionaron el coche patrulla e iniciaron una búsqueda del sospechoso.

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No había trascurrido ni 5 minutos y, casi como en una aparición fantasmagórica, a unos 50 metros enfrente de ellos estaba el enemigo público número uno, el hombre de la furgoneta, el más exaltado y radical de los captados por el imán de Ripoll, el hombre que en su huida no dudó en acuchillar a un joven para robarle el coche con el que escapó de la ciudad de Barcelona no sin antes arrollar a una patrulla de policías que participaban en un control de carretera.

“Alto policía”, pero el sospechoso, lejos de huir y por alguna razón que nadie se explica se lanzó sobre unos matorrales próximos. “No entendemos porque no huyó” ha declarado ante el juez, Fernando Andreu, uno de aquellos dos policías. “Quizá buscó entre los matorrales un cuchillo que habría escondido allí. Quién sabe”.

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Tras esa escaramuza, Younes vuelve al camino. “Se nos quedó mirando y, como si se hubiera vuelto loco de repente, muy alterado, se levantó la camisa y dejó entrever lo que nos pareció un artefacto explosivo que llevaba adosado al cuerpo. Empezó a gritar consignas en árabe y se abalanzó corriendo hacía nosotros”.

Cuatro cargadores

Los Mossos le dieron el alto en dos ocasiones. Younes no hizo caso. “Profería gritos en árabe y con su mano derecha indicaba al cielo mientras no cesaba de correr hacia nosotros. Vimos en peligro nuestra vida, no respondió a nuestras indicaciones y abrimos fuego”, ambos agentes dispararon toda la munición del cargador (15 balas cada uno) sobre el cuerpo de Abouyaaqoub aunque la mayoría de balas no le alcanzaron.

Sin embargo el terrorista cayó al suelo. Estaba a unos 20 metros distancia de los agentes que tal y como explican ante el juez, tenían la intima convicción que Younes pretendía inmolarse y llevarse a ambos por delante.

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El terrorista se levantó, sangrando, volvió con sus proclamas religiosas y reinició el asalto de los agentes. Ambos tuvieron tiempo de cambiar cargador y recargar sus armas de nuevo . Y de nuevo dispararon.

“Yo creo que disparé seis o siete con el segundo cargador”, ha declarado uno de los agentes. Ahora si, el terrorista permanecía inmóvil. “Ahora si que lo habíamos detenido”.

Segundos después llegaron refuerzos. “El mando al frente del dispositivo nos ordenó que retrocediésemos. La amenaza de una explosión seguía latente. Así lo hicimos y esperamos a los equipos de élite para que se hicieran cargo de la situación”.

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