Tras este mes de negra criminalidad en Barcelona —cinco homicidios, tiroteos, robos de relojes de lujo, carteristas, palizas y secuestros— la capital catalana se ha confirmado como la ciudad más inquietante (por no decir, peligrosa) de España. Según estadísticas oficiales, se cometen más de 20 delitos por hora, la mayoría, por suerte, son delitos menores como hurtos y tirones, pero que la estadística lleve consigo cinco homicidios consumados evidencia la necesidad destinar un plus de 320 Mossos d’Esquadra a Barcelona, como se propuso desde la Conselleria de Interior.
El problema de esta iniciativa, que a priori parece ser parte de la solución al repunte criminal de la capital catalana, es que su puesta en marcha no está prevista hasta finales de verano. Vecinos y comerciantes confían ahora en las dos últimas acciones de las autoridades para frenar la delincuencia, antes de que lleguen los nuevos agentes: la primera, para bloquear la venta ambulante irregular, el ‘top manta’, con un aumento de la presencia policial en las zona habituales de venta y, la segunda, para reforzar con agentes antidisturbios las zonas calientes de la ciudad, sobre todo las concurridas por su oferta nocturna.
Barcelona sumida en el caos
Barcelona se ha sumergido en una espiral de delincuencia que encabezan 12 homicidios consumados, cinco de ellos durante el mes de julio. Este séptimo mes del año ha sido, a nivel estadístico, el más conflictivo, al registrarse el mayor número de delitos graves. Un tiroteo, sin heridos, en la discoteca Shôko del Port Olímpic; la desarticulación de una banda de ladrones de relojes de lujo que llegó a extraer hasta 4 en menos de ocho horas; el secuestro de una joven rusa durante dos días; las palizas entre turistas, carteristas y delincuentes; y miles de hurtos denunciados semanalmente; éste es el balance que nos deja julio.
De ahí que hayan surgido algunos grupos de vecinos que, hartos de la situación, han decidido organizar sus propias “patrullas ciudadanas”. La más reciente, la conocida como Salvalona, que incorpora varias caras conocidas, como la de Eliana Guerrero, la cazacarteristas más famosa del metro barcelonés, o la de Tito Àlvarez, cara visible durante las huelgas de los taxis y portavoz de Élite Taxi.
12 homicidios consumados
Además de los delitos menores, los Mossos d’Esquadra investigan un total de doce homicidios acaecidos a lo largo de los primeros siete meses de este 2019 en la ciudad de Barcelona, cinco de ellos en el mes de julio.
Estos homicidios desvelan un hecho preocupante, pues ya superan en dos, el total de casos registrados en 2018, que fueron 10 según datos del Ministerio de Interior.
De hecho, el número de muertes violentas en Barcelona ya es, sin haber terminado el año, superior a todos los precedentes desde 2013, con la única excepción de 2017. Ese año, la capital catalana sufrió 28 muertes violentas, 14 de las cuales se produjeron debido al atentado terrorista de la Rambla.
Hasta junio de este año, el último mes con datos oficiales, las muertes violentas en Barcelona eran siete. Sin embargo, los delitos de sangre con víctimas mortales se han disparado este mes. Hasta el lunes 29 de julio han sido asesinadas otras cinco personas en la ciudad, todas ellas en plena vía pública. El último crimen ocurrió la madrugada del pasado domingo 28 de julio en una zona con no pocos antecedentes históricos en las estadísticas del crimen, el Port Olímpic. Un joven chino de 25 años recibió una paliza mortal en mitad de la calle.
Sólo hay un detenido
Repasando los cinco homicidios de este último mes, de momento sólo se ha podido localizar a uno de los agresores, ya que el presunto autor del crimen quedó herido en el lugar de los hechos. Cuando la Guardia Urbana llegó, pudo detener al autor a escasos metros del suceso.
Los autores de las cuatro muertes restantes siguen en paradero desconocido e investigados por los Mossos d’Esquadra. Todos ellos, ilesos, pudieron huir sin que nadie los retuviese. Uno de ellos, el que tiroteó a un hombre marroquí de 36 años en el Poblenou, se fugó en patinete eléctrico. El resto por su propio pie.
Del último homicidio, la policía catalana busca a un grupo de cuatro o cinco jóvenes de Europa del este, posiblemente rusos, como autores de la brutal paliza que dejó al joven chino de 25 años en estado de muerte cerebral. Horas más tarde fallecía en el Hospital Clínic de Barcelona debido a la gravedad de los golpes sufridos.
Disección de los cinco homicidios
El primero de los casos tuvo lugar el pasado sábado 6 de julio en el paseo Manuel Girona de Sarrià, cuando un joven encapuchado, de unos 20 años, entró en una peluquería, ejecutó cinco disparos al marido de la propietaria y huyó. El hombre, vecino de Arenys de Munt (Maresme, Barcelona) de 47 años, murió al instante. Los Mossos siguen investigando el caso y, de entrada, no se descarta ninguna hipótesis, ¿un intento de robo frustrado o un asesinato premeditado? De momento, no se ha esclarecido que es lo que sucedió exactamente.
Cinco días después, un hombre murió apuñalado en el Eixample de Barcelona. Una pelea a las puertas de un local que hacía de locutorio en la calle de Entença con Consell de Cent acabó con la vida de uno de los implicados, dejando al otro mal herido. La Guardia Urbana pudo detener al autor de los hechos a pocos metros de donde tuvo lugar el suceso.
El 12 de julio las pistolas volvieron a ser el arma homicida. En este caso, en Poblenou. Fue a la hora de la cena, en la tranquila plaza de Prim, un hombre encapuchado disparó a otra persona y escapó a bordo de un patinete. La víctima murió días más tarde en el Hospital Clínic de Barcelona. Se cree que podría tratarse de un posible ajuste de cuentas, ya que la víctima llevaba encima una importante cantidad de dinero en efectivo.
La misma noche, un hombre también fue herido grave en otro tiroteo en la zona de Collblanc, en este caso, en L’Hospitalet de Llobregat, con el mismo modus operandi. Una persona se acercó y disparó. Fuentes policiales creen que los dos incidentes pueden estar relacionados.
El pasado jueves, 25 de julio, dos hombres se pelearon en la terraza de un bar de la plaza Folch i Torres del centro del Raval. La discusión fue subiendo de tono y uno de ellos, con antecedentes y conocido en el barrio, le clavó un cuchillo en el pecho al otro. Aunque el Servicio de Emergencias Médicas (SEM) pudo llevarse al hombre al hospital, antes de medianoche acabó muriendo en el Clínic. La policía catalana, aunque tiene identificado el autor del navajazo mortal, todavía no le ha podido detener.
El último de los homicidios es el que tuvo lugar en el Port Olímpic de Barcelona, a las puertas de la discoteca Zich. Dos jóvenes de origen chino discutieron con varias personas, al parecer de Europa del este, y el conflicto terminó en la puerta del local, donde golpearon a uno de ellos brutalmente hasta dejarlo gravemente herido. La víctima ingresó en el hospital Clínic de Barcelona en estado de muerte cerebral, según fuentes policiales y, posteriormente, falleció.