Se las conocía como “las cariñosas”. Se trata de ladronas (en su mayoría de origen rumano) que se ganaban la confianza de hombres y mujeres (a menudo de edad avanzada) para, entre arrumacos y muestras de afecto, robarles con extraordinaria sutileza, las joyas que llevaban puestas.
Estas ladronas, a las que se le atribuyen centenares de robos en distintos puntos de Cataluña, fundamentalmente en Barcelona, se aproximaban a sus víctimas en plena calle, en plazas o parques.
Allí entablaban conversación con ellas, se ganaban su confianza y aprovechaban para robarlas sin que en la mayoría de los casos, las víctimas fueran conscientes de ello hasta trascurridos minutos u horas después.
Se habían especializado en robo de pulseras, relojes y gargantillas así como de los teléfonos móviles y del resto de objetos que le pudieran sustraer de los bolsillos o de bolsos que llevasen sus víctimas.
Multireincidentes
De nuevo, el flamante grupo de multireincidentes de los Mossos d’Esquadra ha protagonizado esta operación tras meses de seguimientos, escuchas telefónicas y análisis patrimoniales de las sospechosas y de su entorno.
A pesar del hermetismo que rodea a esta investigación, los Mossos creen haber resuelto centenares de robos y hurtos. De hechos los investigadores han contactado con distintas comisarías locales de diversos puntos de Cataluña para que les trasladen los casos abiertos correspondientes a este modus operandi.
Los Mossos tratan de resolverlos ante la posibilidad de que las detenidas (una cifra aun no determinada) hayan sido las autoras de dichos delitos.
Robo en Bonasport
Una de las últimas actuaciones de “las cariñosas” se habría producido el día 12 de octubre de este año y no precisamente en el espacio público sino en el interior del parquin del club Deportivo Bonasport, un centro de alto standing situado en la calle de Vista Bella de Barcelona.
Como demuestran las cámaras de vídeo vigilancia exterior, las ladronas habrían seguido en coche a un reputado hombre de negocios, socio del club, hasta el mismo parquin de la instalación donde la víctima estacionó su automóvil.
Allí, en el interior del recinto,fue abordado por una de estas ladronas que, tras entablar conversación con él y con la excusa de estar recabando fondos para una ONG, con extraordinario disimuló y habilidad, le robó el reloj de oro (valorado en más de 10 mil euros), que esa persona llevaba.
No fue hasta minutos más tarde, y cuando la autora ya había huido, que la víctima se apercibió de lo sucedido.
El afectado presentó la pertinente denuncia ante los Mossos el 14 de octubre y en ella se quejó de la falta de control de la empresa que regenta el club deportivo ante la facilitad con la que unas ladronas entraron en sus instalaciones.
De hecho, el afectado reclama responsabilidades subsidiarias a dicho club.