Rituales espirituales, suministro de sustancias estupefacientes y seguimiento de las creencias neochamánicas. Estos eran los tres pilares de la secta que la Policía Nacional ha desarticulado recientemente en Langreo (Asturias). Cuatro personas, los considerados líderes de la organización quedaron detenidos el pasado 30 de septiembre por su presunta participación en los delitos de pertenencia a grupo criminal y contra la salud pública.
Sin embargo, la investigación se inició semanas antes, tras recibir un mensaje anónimo al correo: [email protected]. En la denuncia se advertía de una presunta organización sectaria que estaría realizando rituales neochamánicos, suministrado peligrosas sustancias estupefacientes y estafando a los seguidores que iban captando.
Suministro de ayahuasca y yopo
Tal y como se ha podido constatar tras la investigación policial, ejecutada por agentes de la Comisaría General de Información en colaboración con la Brigada Provincial de Información de Oviedo, los principales miembros de este grupo organizado realizaban rituales con finalidades espirituales y sanatorias, rituales dirigidos de forma mesiánica por las capacidades superiores de su líder espiritual.
Durante estas ceremonias se suministraban ilegalmente de forma lucrativa sustancias prohibidas, como la ayahuasca y el yopo, cuyo consumo entraña un alto riesgo para la salud física y mental. El grupo tomaba como base de sus creencias el neochamanismo, mezclando costumbres ancestrales místicas, alineadas con prácticas premonitorias y considerando el yopo una «medicina ancestral».
Tras las primeras pesquisas policiales y ante el inminente riesgo de suministro de sustancias prohibidas, altamente peligrosas para la salud y en presencia de menores, los agentes procedieron a la detención de cuatro de los integrantes del grupo cuando se disponían a realizar un ritual en el concejo de Langreo.
Drogaban a sus seguidores para estafarlos
El líder del grupo, de origen sueco, se valía de estas sustancias psicoactivas para facilitar tanto la captación como el control de los participantes en las ceremonias. En los rituales se administraban, previo pago, estas sustancias, siendo, además, la forma de financiación de las actividades del líder espiritual y su familia.
El empleo de estas sustancias psicoactivas era utilizado, en algunos casos, como terapia sustitutiva de la medicina convencional, lo que facilitaba la manipulación mental y situaba a los consumidores en una situación de mayor vulnerabilidad ante sus dolencias.