No habían trascurrido ni 24h del ingreso a prisión de Gabriel, pareja de María y padre de los menores hallados muertos, que el juez instructor del caso anunciaba lo mismo para la progenitora.
La joven estaba ingresada en la unidad psiquiátrica del Hospital de Lliria donde fue sometida a un examen de especialistas que determinaron si estaba en condiciones mentales de prestar declaración, sin perjuicio de que en un futuro y en caso de que se solicite por la autoridad judicial, pueda ser sometida a nuevas pruebas, por parte de médicos forenses, con el fin de valorar su imputabilidad.
Es por eso, por lo que el juez se trasladó este domingo hasta el hospital valenciano, con el objetivo de tomar declaración a la sospechosa, quien se ciñó a su derecho de no declarar. Media hora más tarde, el magistrado decretaba su ingreso en prisión provisional.
María Gombau, de 27 años, está investigada, al igual que su pareja por delitos de asesinato a sus dos hijos de tres años y cinco meses, respectivamente. La causa sigue bajo secreto de sumario.
Primeros pasos de la investigación
La mujer fue trasladada a finales de la semana pasada al hospital de Llíria para ser sometida a un examen psiquiátrico que determinase su estado mental, ya que según fuentes de la investigación todo apunta a que sufre esquizofrenia. Estas mismas fuentes creen que la mujer podría haber sufrido un brote psicótico esquizofrénico la noche de las muertes.
El padre de los dos menores, Gabriel Carvajal, llegó este pasado sábado, a primera hora de la mañana, al juzgado que instruye el caso y, una vez el forense lo evaluó y dictaminó que estaba en condiciones de declarar, fue interrogado por el magistrado. El acusado optó por no decir nada dado que el caso está bajo secreto sumarial.
Tras su declaración, se dictó el ingreso a prisión provisional comunicada y sin fianza para el progenitor de los niños. Según las amigas de María, Gabriel era un hombre malhumorado y había alejado a su mujer de los familiares y amigos más cercanos.
Contradicción en las declaraciones
Según la primera versión de la joven madre detenida, los menores ya estaban muertos cuando los encontró con fracturas craneales detrás de la caseta en ruinas. Declaraciones que ofreció cuando colaboró con la policía para encontrar los cuerpos de los niños. Sin embargo, una vez hospitalizada, la joven manifestó que “había sido Dios quien le había encargado matar a sus hijos, ya que estaban poseídos por el diablo”.
¿Pudo María despertar a los niños y sacarlos de la casa sin que se diera cuenta su marido? ¿Escuchó Gabriel los gritos de sus hijos? ¿Fue Gabriel quien apalizó a su mujer y mató a sus hijos? ¿Quién enterró los cadáveres? ¿Por qué huyó la madre?
Mientras los padres pasan sus primeras horas en prisión, los investigadores y el juez continúan sin poder aclarar estas dudas. Antes de ingresar en la cárcel, el padre manifestó a los investigadores que los niños ya no se encontraban en la casa cuando él se despertó a primera hora de la mañana del jueves, declaraciones que no encajan con las ofrecidas por María.