Doce días después de la entrada en prisión del rapero Pablo Hasél, los disturbios han regresado a las calles de Barcelona. Tres grandes columnas procedentes de Lesseps, Gràcia y Sants han confluido en una única manifestación multitudinaria en Plaça Universitat que ha reunido a unas 7.000 personas bajo la premisa “Sin futuro no hay nada que perder”. La marcha ha comenzado a moverse por Ronda de Sant Antoni y ha continuado por Sepúlveda y Villaroel hasta adentrarse en las callejuelas del barrio del Raval.
La ira anticapitalista
La ira de los manifestantes como respuesta a lo que consideran una conducta represora por parte del Estado y un ataque directo a la libertad de expresión con el encarcelamiento de Hasél ha terminado extendiéndose a diversos colectivos. Las últimas detenciones de personas que se movilizaban por la defensa de la libertad no solo ha despertado rabia sino también conciencia social. Las feroces críticas, antes por el encarcelamiento del rapero, se han extendido ahora a los desahucios, entendidos como otra forma de violencia estatal, al alto precio de la vivienda, a la especulación, a la falta de oportunidades para los jóvenes y a la opresión de la clase trabajadora.
Lo que ha comenzado como una manifestación pacífica e inusualmente tranquila, ha terminado con un estallido de violencia en las calles del Raval. Los infiltrados lo han vuelto a hacer. Lejos de acobardarse ante el despliegue de la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra que blindaba, a escasos metros de la marcha, el centro de Barcelona y bajo el foco de un helicóptero que sobrevolaba la protesta en todo momento, los manifestantes violentos han levantado barricadas y rociado con pintura numerosos edificios. Algunos de los incidentes más graves se han vivido en Nou de la Rambla con Avinguda Drassanes y en Las Ramblas donde algunos jóvenes han vandalizado e incendiado varias entidades bancarias, una de ellas a escasos metros de un cordón policial que se ha mantenido estático en todo momento, sin intención de parar el ataque. Uno de los establecimientos más afectados por las llamas durante los disturbios está situado en el bajo de un edificio modernista, la Casa dels Paraigües, de la Rambla de Barcelona.
Instruidos en guerrilla urbana
Este medio ha podido comprobar que algunos de los agitadores que han participado en el destrozo de las sucursales bancarias se han apresurado a cambiarse de ropa en las inmediaciones de los establecimientos afectados para dificultar a las autoridades una posible identificación. Esta maniobra, lejos de la improvisación, encaja con las instrucciones que desde varios grupos de Telegram se han venido difundiendo mediante manuales anarquistas de guerrilla urbana a los que ha tenido acceso eltaquigrafo.com. También se ha podido observar in situ, una cierta organización dentro del caos con el reparto de roles y tareas perfectamente coordinadas y simultáneas en varios puntos de la ciudad.
Furgón policial en llamas
La violencia de los antisistema ha ido en aumento hasta cebarse con varias patrullas de la Guardia Urbana desplegadas en las inmediaciones de la comisaría de Las Ramblas donde algunos de los manifestantes les han lanzado bengalas, cócteles molotov, pintura y otros objetos a los vehículos policiales, incendiando parcialmente uno de ellos. En el interior, el conductor ha tenido que abandonar la lechera huyendo por la puerta del copiloto.
A pesar de que la mayor parte de establecimientos comerciales ubicados en la zona de Passeig de Gracia se habían blindado tapiando puertas y escaparates para evitar nuevos saqueos, la previsión de los comerciantes no ha podido evitar los múltiples daños en las fachadas, tiendas, terrazas y mobiliario urbano de la ciudad. Otra de las víctimas ha sido un hotel, totalmente destrozado, ubicado en Rambla Catalunya. Hasta esta calle, precisamente, se han desplazado varias dotaciones de bomberos que han ido apagando los focos que los manifestantes han ido plantando en establecimientos comerciales y bancos de Rambla de Catalunya mientras se dirigían hacia la zona alta de la Ciudad Condal.
Según ha podido conocer este medio in situ, a los catorce detenidos confirmados por los Mossos d’Esquadra se sumaría la identificación de al menos una decena de jóvenes por agentes de la BRIMO en la intersección entre Rambla Catalunya y Rambla Catalunya, aunque sin que se conozca todavía el motivo. Los detenidos están relacionados con los actos violentos y vandálicos y, al menos, uno de ellos sería el responsable de la quema parcial de la furgoneta de la GUB en los disturbios de Las Ramblas.