En la historia de la criminología y la delincuencia, al menos
de los últimos años, la figura femenina siempre se ha asociado a asesinatos con
venenos y métodos más bien sofisticados, con poca sangre y carnicería. Por esta
razón, María del Carmen M. (gaditana, de 62 años), la presunta asesina de
Castro Urdiales, es la protagonista de un caso con pocos precedentes, al menos,
protagonizados por mujeres, lo que ha hecho que este macabro crimen sume aún
más interrogantes por resolver. ¿Cómo lo hizo? ¿Lo pudo hacer sola? ¿Cómo lo
mató? ¿Cómo lo decapitó luego?
Y es que, aunque la policía no cree que se haya inspirado en míticos asesinos "decapitadores" destacados en la historia de la criminología más reciente, cabe destacar las analogías que existen entre este caso y algunos de los registrados hace más de tres décadas, como el del caníbal de Milwuakee o el asesino de la Hello Kitty, en China. Ambos, dos casos muy conocidos por la brutalidad de los criminales.
El caníbal de Milwaukee
Sucedía a principios de los 90, en Milwaukee (Estados Unidos). Jeffrey Dhamer fue detenido y acusado de 15 asesinatos. Secuestraba a sus víctimas —mayoritariamente hombres—, los drogaba y cuando estaban inconscientes, mantenía relaciones sexuales con ellos. Luego los desmembraba, pues eso también le producía placer sexual, cortaba su cabeza y la hervía. En el momento de su detención, varios policías se personaron en su casa alertados por una víctima que había logrado huir, ahí encontraron el cuerpo de una "presa" anterior, descomponiéndose en su casa, y hasta tres cráneos humanos.
Dhamer era un joven alto, rubio y blanco. En múltiples ocasiones pudo ser descubierto, pues más de una de las víctimas se le había escapado, pero nunca lo investigaron hasta que las evidencias fueron más que notables. El día de su juicio, explicó caso por caso, todo lo que había hecho, incluso todo lo que había pensado hacer. Mantenía relaciones con hombres inconscientes, incluso con hombres a los que ya había matado. Siempre les cortaba la cabeza, el resto lo repartía entre los perros y vagabundos del barrio. Sus cráneos, aun guardados en bolsas de plástico, eran conservados como trofeos.
El asesino de Hello Kitty
Este caso ocurría en 1999, en China. Fan Man-Yee tenía 23
años y era animadora de un club nocturno frecuentado por rufianes, drogadictos
y miembros de la tríada, un grupo criminal afamado en China gracias a los
violentos actos que cometen a diario. Uno de sus clientes era Chan-Man Look
socio de la tríada, que durante más de dos años mantuvo encuentros
sexuales con ella, hasta que la animadora decidió quedarse con su
billetera y los 4 mil dólares que contenía.
Man-Yee fue descubierta y Look y otros dos compañeros la
secuestraron en su apartamento. Allí la torturaron salvajemente durante
semanas, la pegaron, la violaron, le hicieron comer sus propios excrementos y
beber orina, destrozaron sus genitales y magullaron todo su cuerpo hasta que no
pudo más. Cuando falleció la desmembraron y decapitaron. Hirvieron su cráneo
para desprenderlo de cualquier tejido humano y lo guardaron en el interior de
un muñeco de Hello Kitty.
Finalmente, la novia de unos de los secuestradores, presa de la tortura que suponía vivir con esta carga, confesó lo ocurrido y se pudo detener a los autores del crimen.
María del Carmen también hirvió la cabeza
Ahora bien, si recordamos lo sucedido en Castro Urdiales (Cantabria), María del Carmen M. asesinó a su pareja —Jesús María B., un empleado de banca jubilado que llevaba desaparecido desde el pasado mes de febrero—, lo decapitó, hirvió su cabeza hasta que la piel y los músculos faciales se desprendieron del cráneo y, envuelto en una caja de regalo, le entregó la cabeza a una amiga del mismo municipio.
A ésta le dijo que eran objetos sexuales, que la Guardia Civil registraría su casa, por la presunta desaparición de Jesús María, y que no quería que encontraran los juguetes para "no causar mala impresión". Pero lo macabro de todo esto viene dado cuando la receptora del "regalo" decidió abrir la caja que su amiga le pidió que guardara en su casa, ya que desprendía un hedor muy fuerte y altamente sospechoso. Al destapar el paquete, encontró un cráneo humano con apenas tejido facial.
Entregó croquetas y comida casera
Ahora el grupo de científicos, encargados de llevar a cabo el análisis genético, han confirmado que se trata del cráneo del hombre desaparecido hace siete meses, quien fue pareja de María del Carmen y cuya desaparición no fue denunciada hasta pasadas dos semanas. La pregunta obvia que se plantean ahora investigadores y sociedad en general, es "¿dónde está el resto del cuerpo?". Varias vecinas aseguraron esta semana al programa de Ana Rosa, en Telecinco, que María del Carmen hace semanas que reparte croquetas y comida casera entre sus amigos del barrio. Esta información no conduce, precisamente, a buenos y sanos pensamientos, y los rumores más sádicos han empezado a resonar. ¿Se comieron los vecinos de Jesús María el resto de su cuerpo? Siguen investigando.
Ni en las mejores novelas
Este caso es de esos que superan, una vez más, los creados por Hollywood. Tramas como ésta dejan entrever una patología totalmente oscura y malvada en ciertos comportamientos humanos. María del Carmen, como en los casos de Milwaukee y el asesino de Hello Kitty, hirvió la cabeza de su víctima, le desprendió de cualquier tejido y músculo facial y lo guardó como un "trofeo". De hecho, en el momento de la detención, aseguró que un anónimo le dejó el cráneo en la puerta y lo guardó porque "era lo único que le quedaba de él". Su intención parecía clara, si la Guardia Civil no hubiese registrado su domicilio, la asesina hubiese guardado el cráneo, al igual que en los dos casos mencionados.