La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional lleva tres días de registros en varias de las propiedades de Ángel Ruiz, principal sospechoso del triple crimen de una familia en Burgos en el año 2004. Concretamente, los agentes han centrado la investigación en un garaje anexo a la vivienda principal, varias construcciones ilegales y dos corrales, pero por el momento “no ha aparecido, en principio, nada relevante” tal y como ha señalado Carlos Segarra, subinespector de policía.
Por el buen camino
Estos registros son una continuación de la investigación iniciada en 2017 y que a consecuencia de la pandemia y el cambio de la jueza titular ha propiciado que se retrasara tres años. Gracias a los avances tecnológicos, los investigadores esperan encontrar indicios suficientes y probatorios que incriminen a Ruiz como autor material de los hechos.
Segarra se mantiene optimista y señala que “nuestras sospechas están muy encaminadas y muy centradas. Sabemos sobre quién tenemos que centrarnos y qué tenemos que hacer” y prosigue “estamos ilusionados, tenemos ganas de continuar y sabemos que estamos en la línea acertada”.
Más pruebas
Entre los objetos hallados por la policía se encuentran unas llaves del piso de la familia asesinada, las del coche de Salvador, así como documentos y algunas prendas de ropa, las del asesino. Estos indicios se suman a los ya encontrados en su día y en los que la policía requisó unas zapatillas deportivas marca Dunlop, un cuchillo y unas llaves.