Ignorada e infravalorada desde su creación en la década de los 80 en la región italiana de Puglia, ubicada en el “tacón de la bota”, la Sacra Corona Unita es considerada en la actualidad “la cuarta mafia italiana”.
Desapercibida hasta hace poco por considerarla dentro de las tres grandes mafias italianas que operaban en la zona (la Camorra, La Cosa Nostra y la Ndrangheta) y no como un movimiento autónomo e independiente, la lucha contra esta organización criminal ha llegado demasiado tarde. Lo suficiente, al menos, como para haberse convertido en el grupo criminal violento y hermético que es hoy. La Sacra Corona Unita se ha hecho con las salas de juego del sureste de Italia, con el tráfico de drogas (especialmente cocaína y hierba) y con el tráfico de armas en la región. Sobre la organización, que de Sacra no tiene nada, pesan también delitos por asesinato, trata de seres humanos con fin de explotación sexual, blanqueo de capitales, fraude y corrupción política. Además, en los últimos tiempos han establecido lazos nada desdeñables con otras mafias europeas como la albanesa, que se ha convertido en el camello de la organización.
Ahora, la Policía Nacional, en colaboración con las autoridades italianas, han detenido a un destacado miembro de esta organización mafiosa que se refugiaba en Barcelona, donde residía bajo una identidad falsa.
“La Costa Nostra”
Sobre este capo intermedio, huido de Italia desde febrero del pasado año, pesaba una Orden Europea de Detención y Entrega emitida por las autoridades de Puglia. Los delitos que se le imputan podrían acarrear una pena de hasta 20 años de prisión para el que se considera el responsable del tráfico de cocaína en la zona de actuación de esta mafia entre 2017 y 2020.
No es de extrañar que el fugitivo hubiese elegido Barcelona para ocultarse. Desde los 80 se han venido produciendo un goteo de detenciones de mafiosos italianos en España, sobre todo en esta ciudad, la Costa Brava y la Costa del Sol que ha llevado a la mafia a bautizar a la zona como “La Costa Nostra”. Durante años, los prófugos italianos, familiares de los clanes mafiosos o fugitivos de las operaciones policiales se movieron a sus anchas por el mediterráneo español.
Vecino de Guinardó
La investigación se inició después de que las autoridades policiales italianas informasen a la Policía Nacional sobre la posible presencia del fugado en la Ciudad Condal. Los agentes comprobaron que había trasladado su residencia desde Italia al barrio barcelonés de Guinardó donde vivía bajo una identidad falsa.
Una vez ubicado el domicilio se procedió a su localización y detención. En ese momento, el arrestado portaba una documentación con su fotografía estampada pero con un nombre que no se correspondía con el suyo. Con esta falsa identidad, el mafioso había logrado huir hasta ahora de las autoridades italianas.
El detenido ya ha sido puesto a disposición del Juzgado Central de Instrucción número 4, a través del Juzgado de Guardia de Barcelona, a la espera de que se tramite su extradición a Italia.