Los asesinatos se produjeron el pasado viernes en Gujrat, en la provincia paquistaní de Punyab. Uruj Abbas de 21 años y Anisa Abbas de 24 años, eran dos mujeres jóvenes españolas, de origen paquistaní que residían en Terrassa llevando un vida absolutamente normal. Sus familiares en Pakistán les arreglaron un matrimonio a cada uno durante a la pandemia, con dos de sus primos, los cuales obtendrían de manera automática la residencia en España gracias a esos matrimonios.
Ellas se negaron a casarse
Ni Uruj ni Anisa tenían intención de ratificar ni consumar esos matrimonios concertados y hubieran estado a salvo, de no ser porque mediante engaños se las convenció para acompañar a su madre unos pocos días a Nathia, el pueblo originario de su familia.
Una vez allí, la familia de las dos jóvenes las quiso obligar a firmar los papeles del matrimonio y a consumarlo pero ambas se negaron. Las dos mujeres fueron torturadas por su familia, especialmente por su propio hermano y por los dos primos que querían convertirse en sus maridos. Tras torturarlas, fueron estranguladas y rematadas a tiros. La madre de las jóvenes intentó interponerse pero fue encerrada en una habitación, según adelanta el Mon Terrassa.
Sin denuncia de la familia
La madre se ha negado a denunciar a los familiares asesinos de sus hijas, lo que ha hecho que la propia policía investigue el caso de oficio y haya podido detener a seis de los implicados, que son, según la policía de Gujrat, el hermano de las víctimas, un tío paterno, los dos primos que iban a ser los maridos y los dos pretendidos suegros. Tres hombres más también implicados se han dado a la fuga.
Los crímenes de honor se cobran la vida de cientos de mujeres al año en todo el mundo, especialmente en zonas como la provincia de Pakistán donde ocurrieron los hechos, donde las familias se rigen por un sistema casi feudal al margen del estado.