El presunto crimen machista en la costera localidad de L’Escala (Girona) va cogiendo forma. Los Mossos d’Esquadra hallaron este miércoles, a primera hora de la mañana y en su domicilio, el cuerpo sin vida de una mujer, Annick Chenut, de 65 años y nacionalidad belga. En el mismo recinto, unos metros más allá de donde yacía el cuerpo de Annick, los agentes encontraron también el cadáver de su pareja, un hombre de 72 años y nacionalidad española. Se había suicidado, colgándose de un árbol.
El presunto homicida y la víctima se encontraban en proceso de separación y mantenían una disputa por saber quién se quedaría con la casa.Según fuentes de la Policía catalana, como ha sabido este medio, apuntan a que el hombre, antes de quitarse la vida, había dejado varias notas dirigidas a los Mossos en las que reconocía implícitamente el asesinato y denunciaba una conjura contra él para quitarle la vivienda, lugar donde, finalmente, ambos murieron. La casa pertenecía originalmente a los padres de ella, pero después la adquirió él, aunque la mujer conservó una parte minoritaria de la propiedad.
Dos cadáveres y un coche quemado
El cuerpo de la mujer apareció con signos de violencia, tras recibir varios cortes por arma blanca, y envuelto en una cortina en el jardín de la vivienda. En una parcela vecina, se encontraba el hombre ahorcado en un árbol, aunque se desconoce la escena del crimen, ya que el domicilio no presentaba ningún indicio de violencia.
Los investigadores apuntan que, después de matar a la mujer, el hombre recogió ropa y utensilios de la víctima, los metió dentro del coche de ella y le prendió fuego utilizando leña y alguna sustancia para acelerar la combustión.
Los bomberos recibieron aviso del incendio a las 03.32 horas. Un cuarto de hora antes, el presunto asesino contactó con la hija que tenía de otro matrimonio y le dijo, mediante un correo electrónico, que no se sintiese culpable por lo sucedido, así como que el asunto de la casa estaba arreglado. Al ver el mensaje a las 07.00 horas, la hija contacto con emergencias y dio la alerta.
Ella llevaba una grabadora encima
Los investigadores han descubierto también que la fallecida ocultaba una grabadora en su ropa interior en el momento de la muerte. La Policía no descarta que la mujer registrase la conversación que derivó en su muerte, aunque por el momento no se ha podido analizar el contenido.
Tampoco ha aparecido el arma del crimen, pero se baraja la posibilidad de que el homicida lo limpiase todo antes de quitarse la vida. El caso lo lleva el juzgado de instrucción de Figueres, aunque todo apunta a que se inhibirá en favor del de violencia machista.
La víctima era la propietaria de una inmobiliaria de L’Escala y tenía tres hijos de un matrimonio anterior. De acuerdo con el testimonio de algunos vecinos, la pareja estaba separada desde hacía un año, pero seguía viviendo bajo el mismo techo.