El crimen ocurrido en Montcada i Reixac (Barcelona) el pasado sábado 1 de junio ha dejado en el aire, hasta que se conozcan los informes médicos y psicológicos del asesino, si el comportamiento que éste tuvo con su víctima, a quien acuchilló sin piedad y con una brutalidad extrema, fue una reacción ‘frecuente’ y que podría tener cualquier persona en un momento de estrés, pasión o frustración.
Para resolver dicha cuestión, eltaquigrafo.com se ha puesto en contacto con el doctor Josep Tomàs Vilatella, experto en psiquiatría forense, además de docente en varias universidades. El Dr. Tomàs ha asegurado que la conducta “salvaje y sádica” del acusado no puede tildarse de una actitud “frecuente”, de hecho, insistía “no puede aceptarse como frecuente”.
Ponía un ejemplo: “cuando cualquiera de nosotros está muy enfadado y da un golpe contra la pared o le chilla a un amigo, enseguida tu consciencia se activa y te frena. Te hace sentir culpable o responsable de una reacción desproporcionada. Aquellos que no tienen ese freno, normalmente por una falta de empatía y madurez, responden con una actitud trastornada”.
Trastorno de carácter
En este sentido, el psiquiatra comenta que no se puede asegurar que el asesino padezca un trastorno de personalidad, o lo que sería más grave un trastorno mental – estas patologías deben ser analizadas con más detalle y profesionalidad, asegura -, pero lo que el doctor cree es que dicho comportamiento viene asociado con un total y absoluto trastorno del carácter.
“Se da ante las personas que han vivido en un entorno muy conflictivo o muy sobre protegido, personas de una inmadurez notable y con mucha falta de empatía”, concretaba el doctor. El profesional añadía que “de ninguna manera, una persona que ha tenida una reacción tan sádica puede ser una persona con un buen desarrollo cognitivo, del bien y el mal, de la culpabilidad o la empatía”.
Se le añade un desencadenante pasional
Considera que un elevado grado de inmadurez, ligado a un trastorno del carácter – entendido como una reacción o comportamiento que se aparta de lo que se considera habitual en la cultura del sujeto que lo padece y que se manifiesta en la forma de percibir el mundo que le rodea, la afectividad, las relaciones interpersonales y el control de los impulsos -, junto con un desencadenante claro: la ruptura con la joven venezolana; condujeron al asesino a matar de forma despiadada.
Por lo que, de forma habitual, una persona con un carácter estable no reaccionaria de esta manera aun estar sufriendo una situación de estrés, frustración y pasión como la que se intuye que padecía el joven asesino.
El matar a sangre fría, llegando a provocar una escena de ensañamiento sádico y dantesco, sin piedad alguna y a plena luz del día, a merced de grandes y pequeños, demuestra que el sujeto no estaba concibiendo, en ese momento, la realidad de la misma forma que la concebían el resto de los testigos.