Sin pelos en la lengua a la hora de calificar a los dos monjes de la abadía de Montserrat (Barcelona) que habrían cometido abusos sexuales a menores, la comunidad eclesiástica hace suyas todas y cada una de las palabras del informe emitido por la comisión de investigación de estos hechos.
En este sentido, el informe constata que el hermano Andreu M. Soler, ya fallecido, "fue un depredador sexual y un pederasta" y que abusó de menores vinculados a la congregación entre los años 1972 y 2000.
Añaden que otro monje, fuera de Montserrat desde 1980, habría abusado de dos miembros de la escolanía, entre los años 1960 y 1968, mientras era su responsable.
Actuaciones llevadas a cabo
En el caso de los abusos a dos miembros de la Escolanía "se actuó inmediatamente, se habló con los padres y se separó al responsable".
En el otro, con abusos situados hasta el año 2000, "se omitió cualquier tipo de actuación". La comisión se ve incapaz de llegar a la conclusión de "si se escondió lo que sucedió o simplemente se actuó por desconocimiento de la situación ya que existen versiones contradictorias". Pero añade que "había rumorología suficiente para justificar una acción encaminada a reunir a los padres, a actuar contra el hermano Andreu o a haberlo apartado preventivamente".
Prevención
Siguiendo las recomendaciones de la comisión, la abadía está redactando un plan de protección de menores que aumentará y mejorará los mecanismos de prevención y detección existentes actualmente, con la finalidad de evitar que hechos como los ocurridos se vuelvan a repetir.
Los resultados del informe serán puestos inmediatamente en conocimiento de la Fiscalía, del Síndic de Greuges y de los organismos competentes de la Santa Sede y de su propia congregación benedictina.