Dos yihadistas detenidos por radicalizar a internos en prisión

Los detenidos formaban una estructura que buscaba mantener la cohesión de los yihadistas en prisión | Guardia Civil
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Los investigadores creen que el arresto de los presuntos yihadistas guarda relación con otra detención practicada el 12 de abril en Melilla, en la que fue aprehendido otro individuo que había coincidido con los ahora arrestados en prisión.

Una pintada en la prisión de Botafuegos de Algeciras (Cádiz) fue lo que puso en sobre aviso a los funcionarios del centro en 2018 para iniciar una investigación, la "operación Graffiti". No se trataba de garabatos inocentes como las innumerables inscripciones que los internos trazan en las celdas para matar el tiempo. Las pintadas en cuestión reproducían consignas yihadistas relacionadas con el Estado Islámico. 

Tres años después de aquel hallazgo, los trazos han llevado a los investigadores hasta un presunto grupo organizado de internos dedicados a la radicalización. La Guardia Civil ha detenido a los dos individuos que habrían realizado aquellos escritos, a los que se acusa de haber ejecutado labores de captación y adoctrinamiento yihadista dentro de la cárcel en la que cumplían condena, precisamente, por la comisión de delitos relacionados con el terrorismo yihadista. Uno de ellos ha sido arrestado en el centro penitenciario de Córdoba mientras que el segundo detenido ha sido aprehendido en Pasajes Antxo (Guipúzcoa). 

Las investigaciones llevadas a cabo por el Servicio de Información de la Benemérita ha revelado que uno de los detenidos ocupaba "un rol de ascendencia sobre el resto de internos, realizando labores de adoctrinador sobre los mismos", según las informaciones emitidas desde el Instituto Armado. Precisamente, las actividades de captación y adoctrinamiento que realizaba dentro del centro penitenciario eran análogas a aquellas por las que fue condenado a seis años de prisión. Este interno habría conseguido captar a otro recluso que cumplía condena por autoadoctrinamiento y que se erigió, junto a él, como reclutador de aquellos presos con los que tenía contacto. 

Proselitismo en prisión

La investigación ha podido constatar que ambos formaban una estructura dedicada a la captación y adoctrinamiento en la ideología del salafismo yihadista y que perseguían los objetivos de la organización terrorista Estado Islámico en el interior del centro penitenciario andaluz. Su principal meta era la de mantener la cohesión entre aquellos internos ya condenados por delitos relacionados con el terrorismo. 

La operación de la Guardia Civil, que guarda relación con otra que se realizó el 12 de marzo en Melilla en la que el detenido había coincidido con los ahora arrestados en la cárcel de Algeciras, ha sido dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 6 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional. La autoridad judicial ha acordado el ingreso en prisión preventiva para el detenido en Guipúzcoa, que ya se encontraba en libertad en el momento de su arresto. 

Un escenario proclive a los procesos de radicalización 

Las prisiones han sido escenario de procesos de radicalización yihadista e incluso de articulación de grupos terroristas que han llegado a planificar atentados dentro del territorio español. Este escenario aumenta la vulnerabilidad del interno que, tras ingresar en prisión y estando privado de libertad y sin contacto con el exterior, puede experimentar un desequilibrio emocional, una crisis existencial e incluso identitaria. En este momento, los presidiarios son más susceptibles a la búsqueda de respuestas que den sentido a su nueva realidad y a establecer relaciones personales en las que encuentren el apoyo necesario para sobrellevar la vida en prisión. Esta situación de vulnerabilidad emocional facilita la interiorización de un discurso radical que, probablemente, en otras circunstancias el interno no estaría en predisposición de abrazar. 

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