Nuevo caso de menudeo de droga en las cárceles catalanas. Fuentes penitenciarias interceptaron el pasado 1 de diciembre a un colaborador de prisiones que responde a las iniciales MIS (que se autodefine en sus redes sociales como trabajador social y miembro del voluntariado penitenciario para la educación de los reclusos) trapicheando con droga en la prisión de Quatre Camins, en la Roca del Vallès (Barcelona). Según han narrado las fuentes a eltaquigrafo.com, el trabajador social-camello entregó personalmente poco más de 200 gramos de hachís a un interno del módulo de jóvenes de dicha prisión, tras mantener un encuentro ‘educativo’.
Al parecer, desde la dirección del centro se tenían sospechas de que algunos colaboradores introducían teléfonos móviles y se los entregaban a los internos en sus entrevistas personales. Por eso, cuando este recluso en cuestión salió del encuentro con el sospechoso, los dispositivos de control de la prisión – establecidos para evitar la entrega de cualquier tipo de dispositivo telefónico – lograron interceptar los 200 gramos de hachís. El joven, descubierto, no tardó en reconocer que había sido el trabajador social que ejercía como educador quien le había hecho entrega de la droga interceptada.
Prisiones ha abierto una investigación al respecto
Es por eso, que las fuentes penitenciarias consultadas por esta redacción consideran que el sospechoso, a quien han prohibido la entrada en el centro penitenciario, fue quien entregó personalmente la dosis al joven recluso. Otro recluso que se vio implicado en los hechos también señaló al mismo individuo como responsable del menudeo.
Según ha podido saber este medio, la administración no solo le ha prohibido el acceso a la prisión, sino que han abierto una investigación para saber si este menudeo se habría producido en otras ocasiones. De todos modos, apuntan las fuentes, al tratarse de una cantidad tan mínima no constituye ningún delito grave, "más allá del moral".
Más a menudo de lo que parece
Las fuentes penitenciarias han lamentado que estos episodios ocurren más a menudo de lo que parece, sobre todo, por parte de colaboradores externos (y también por algunos funcionarios) que empatizan con los internos, en especial con los más jóvenes, y acaban cediendo en algunas de las peticiones que éstos o sus familias les hacen.
A pesar de la veracidad de las fuentes consultadas, los esfuerzos de este medio por contactar con los servicios penitenciarios de la Generalitat para ampliar dicha información han resultado infructuosos.