El eco de un disparo volvió a enmudecer este jueves el jaleo habitual de cualquier tarde en el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besós. Seguidamente, Valentín, el capo del clan de los portugueses, cayó inerte al suelo. Una bala le acababa de perforar la nuca por detrás. La calle Tarragona quedó inmóvil, mientras el pistolero (o pistoleros) se escabullía entre la incertidumbre de lo ocurrido. La víctima, que seguía viva cuando llegaron los Servicios de Emergencias Médicas (SEM), fue trasladada en estado crítico a un centro hospitalario, donde se debate ahora entre la vida y la muerte.
Un narcotraficante rodeado de enemigos
Valentín, uno de los patriarcas más reputados del barrio, es conocido por ser una persona extremadamente peligrosa y muy conflictiva. Se sabe que su clan estaba enfrentado con alguna de las familias con más poder de La Mina, como es el caso de Los Manolos. Y, según varios conocidos de la víctima, siempre iba armado. Por eso, apuntan fuentes policiales en exclusiva a eltaquigrafo.com, el disparo que lo dejó malherido tuvo que ser obra de unos profesionales. Sin embargo, dado el gran volumen de enemigos, enemistades y rivalidades que tenía Valentín, los Mossos d’Esquadra mantienen abiertas todas las líneas de investigación posibles.
El ejecutado estaba estrechamente vinculado con el club de fútbol de Sant Adrià de Besòs (Barcelona), del que formaba parte de su cúpula directiva. Según las mismas fuentes era un peligroso extorsionador, dedicado al tráfico de estupefacientes, de marihuana, en especial. También se le relaciona con el grupo de hooligans ‘Casuals’, la facción más radical de los Boixos Nois.
En estos momentos, esta redacción trabaja para ampliar esta información en las próximas horas.
