Tan sólo una decena de kilómetros separaban al convoy Copland, formado por varios policías catalanes, de Julia y sus dos hijos, Yaromir y Sofia. Los agentes aguardaban desde la frontera polaca en Medyka, mientras que la mujer y sus dos hijos se acercaban a pie desde Ucrania. La opción de Whatsapp que permite enviar la ubicación a tiempo real les mantenía informados, a ambos, de su situación.
“Pasar la frontera y entrar a Ucrania a buscarlos es prácticamente imposible… una larga cola de camiones, furgonetas y vehículos con ayuda humanitaria esperaban poder cruzar la frontera” explicaba en directo a los pies del paso fronterizo el sargento Javier Puertas, de la Policía Local de Montcada i Reixac (Barcelona). Finalmente, Julia ha podido llegar al otro lado por su propio pie, cargada con el carrito de su hija Sofia, de tan solo 18 meses, una pequeña maleta, y su hijo mayor, Yaromir, de 10 años, que portaba una mochila con sus pertenencias.
Campamentos improvisados en la frontera
Esta familia partirá en las próximas horas hacia Salou (Tarragona), donde se ha podido comprobar que tienen unos familiares que pueden darles cobijo. En el paso de Medyka, como sucede en el de Vyšné Nemecké en Eslovaquia, la llegada de refugiados es constante. Cientos de mujeres y niños cruzan la frontera a pie todos los días. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) se estima que ya han cruzado hacia Polonia 1.8 millones de personas.
Al otro lado se han montado campamentos improvisados con ropa, comida caliente y un espacio donde poder dormir unas horas. “La mayoría de los que pasan la frontera buscan medios de transporte para alejarse de esa zona, pero no todos tienen la misma suerte” explica Puertas.
A la espera de rescatar un centenar de niños huérfanos
La ONG “És per tú” – con la que los miembros del convoy Copland están en permanente contacto – les pasó el contacto de Julia para que la recogieran en la frontera y la llevaran a Salou con su familia. Esta misma organización es la que pretende sacar a casi un centenar de niños huérfanos del país, para que viajen en autocar hasta España. Este convoy humanitario en el que viaja Javi Puertas y otros policías catalanes ha sido el encargado de llevar hasta 20 toneladas de ayuda humanitaria, entre alimentos y medicamentos, y son los mismos que se encargarán de recoger a varias familias, además de a los niños, para traerlos hacia España.
La historia de Luva y Valentina
En este sentido, este martes recogieron a las dos primeras mujeres que, con la colaboración altruista de un taxista voluntario de Sant Celoni (Barcelona), ya están de camino a Barcelona, donde les esperan una hija y sus nietos. La historia de Luva y Valentina, dos hermanas de 58 años de Kiev, pone los pelos de punta: después de llevar 24 horas en la estación de Cracovia (Polonia), vieron un cartel de uno de los voluntarios de Copland que ponía “Barcelona”.
Entre lágrimas, las mujeres empezaron a pedirles algo en Ucraniano – explica Puertas a eltaquigrafo.com. Una traductora puso orden: la mujer enseñó una foto de su hija en la portada de un diario catalán, el Diari Ara, y les pedía desesperada que la llevaran a Barcelona donde había aterrizado ella con su hijo y su sobrina, ambos nietos de la señora. Con ayuda de la traductora comprobaron la dirección y ambas hermanas partieron dirección Barcelona, para reencontrarse con la mujer y los pequeños. Todo gracias a una noticia y a unos voluntarios catalanes.
Copland recogió 20 toneladas de ayuda humanitaria
Ahora, cabe esperar que los niños huérfanos y sus monitores puedan salir de Ucrania. “Estamos teniendo muchos problemas” lamenta Puertas al otro lado del teléfono. Esperan que entre este jueves y el viernes los puedan sacar del país, montarlos en un autocar – cedido por el Real Club Deportivo Espanyol – y llevarlos a España, donde les esperan varias familias de acogida.
Tanto el autocar, como otro contenedor con 20 toneladas de ayuda humanitaria, llegaron este martes por la noche a Polonia, cargados con alimentos, material quirúrgico y medicamentes. Parte del material se distribuirá en los campamentos de la frontera y el grueso irá destinado a cubrir alguna de las zonas más devastadas en el interior de Ucrania.
Con todo, Copland ya donó a esta misma ONG 3.500 kilos entre medicamentos y alimentos. Sin embargo, una ofensiva rusa bombardeó el centro logístico donde se almacenaba todo el material que iban recibiendo antes de su distribución, perdiéndose toneladas de alimentos y medicamentos…