De origen asturiano, Manuel Miranda Velasco empezó trabajando como funcionario de prisiones. Desde ayer su antiguo empleo se ha convertido en su nueva residencia. Pero esta faceta de funcionario le duró bien poco y el contacto con los delincuentes le llevó a convertirse en uno de ellos.
Aprendió de los mejores. Sus “maestros” Sito Miñanco y Laureano Oubiña. Y aunque, Miranda Velasco no formó parte de las caras conocidas de la Operación Nécora, primer gran proceso judicial contra el narcotráfico gallego en 1990, sus maestros aprendieron la “profesión” por aquél entonces.
Orígenes
A él no se le conoce hasta finales de los 90, cuando junto a su hermano – ahora abogado de todos ellos –, tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados por haber ayudado a Oubiña en su huida a Grecia en 1999.
Fue precisamente en esta operación cuando Laureano Oubiña fue detenido y procesado. Pero el “gran golpe” lo dio junto a Miñanco en la que fue conocida como “Operación Grumete” instruida por el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo.
En ella se acusaba a Sito Miñanco de dirigir el transporte de unas cinco toneladas de cocaína que fueron intervenidas en alta mar en agosto de 2001. Como curiosidad, fue detenido con las cartas de navegación sobre la mesa.
Entonces, la detención de Miranda Velasco se justificó a raíz de las intervenciones telefónicas y se le imputó un delito contra la salud pública por un alijo de cocaína incautado en alta mar. Aun así, Miranda finalmente no fue procesado.
Más tarde, en 2007, tal como afirma Europa Press, el Tribunal Supremo lo condenó a 14 años de cárcel y multa de diez millones de euros.
Se consideró probada su integración en una organización criminal formada por doce personas que transportaron desde las costas andaluzas hasta Galicia un barco, el 'Rapanui', en el que se intervinieron 2.197 kilos de cocaína.
"Había modificado y alterado sus huellas”
Fuentes de la investigación aseguran que desde 2007 no ha dejado de traficar. De hecho, Miranda ha modificado y alterado las huellas de sus manos con micro implantes de piel y se ha hecho un injerto de pelo para evitar su identificación.
Los agentes han podido constatar que durante los últimos meses el detenido viajó en numerosas ocasiones hasta Marruecos para, presuntamente, llevar a cabo actividades relacionadas con el narcotráfico. Miranda residía actualmente en Málaga y se movía alternativamente, sobre todo entre España y Colombia, con un pasaporte peruano y otro croata.
Una saga en vías de extinción
A la detención de Manuel Miranda Velasco, se le suman las últimas noticias de Sito Miñanco. A principios de semana conocíamos el veredicto del último juicio de Miñanco por blanqueo de capital.
Tras años de idas y venidas entre la cárcel y el narcotráfico esta vez el famoso capo gallego ha sido condenado a cuatro años de cárcel y una multa de seis millones de euros, además del embargo de un opulento patrimonio a nombre de familiares.
Por otro lado, Miñanco lleva un año entre rejas por otro procedimiento que nada tiene que ver con lo anterior, sino con la “Operación Mito”, considerada la mayor actuación policial contra el narcotráfico en Galicia tras la Nécora (1990). Por esa operación, se expone a otros 18 años de cárcel.
Con todo, esta ha sido una generación que ha dado mucha guerra, de la que se han escrito libros, documentales y series, Fariña es un claro ejemplo, pero seas o no seas traficante de drogas los años pasan y pesan para todo el mundo. Y esta generación de rebeldes de la ley parece estar en vías de extinción.
Lo que pasa con el narcotráfico es que estos “maestros” habrán dejado bien ensañados a todos sus “aprendices”.