El yihadista de Alcanar dice ahora que sus compañeros le secuestraron

Mohamed Houli Chemlal y Said Ben Iazza
photo_camera Mohamed Houli Chemlal y Said Ben Iazza
Otro de los miembros de la célula declara ante el juez de la Audiencia Nacional que fueron literalmente “cazados” por los Mossos

Han pasado 14 meses y, como suele ocurrir con los sumarios en curso, las acusaciones, las defensas, en definitiva, las partes en litigio, modulan sus argumentos buscado la mejor de sus escapatorias procesales.

Mohamed Houli Chemlal, el presunto yihadista detenido el día 18, dos días después de la explosión del polvorín de Alcanar (y uno después del atentado de Las Ramblas) donde resultó gravemente herido, dice ahora que él no es miembro de la banda, que le secuestraron, que le llegaron a robar la documentación y que le amenazaron de muerte.

Dice que por culpa de estas amenazas se vio obligado a fabricar los artefactos explosivos (bombonas llenas de metralla) que se manufacturaron en Alcanar bajo la tutela de Younes Abouyaaquob y del imán, Es Satty.

No soy un terrorista

Según consta en el sumario, el abogado de Houli Chemlal expone en un informe en el que, de forma infructuosa, ha pedido la libertad de su cliente, que “Al llegar allí descubre el grave problema al que se enfrenta, por comprobar el acopio de sustancias que habían adquirido otras personas y sin tener libertad de movimiento, se ve abocado y obligado a cumplir órdenes y a no poder marcharse de esa vivienda, estando vigilado y controlado por otras personas que se encontraban en esa vivienda y escuchando la finalidad que tenían”.

Houli Chemial, no sabe y no contesta

El abogado del presunto yihadista le trata de exculpar…: “No está relacionado con el desplazamiento con otros miembros de organización terrorista, no ha tomado ni decisiones, ni tiene poder sobre ninguna situación o persona, se ve dominado por seres despiadados que le llevan a una situación sin retorno por no dejarle libertad de decisión para optar y poder desistir voluntariamente, es una vida coartada a quien también se le amenaza de muerte, así como a su familia”.

Soy una víctima

Houli Chemlal trata de distanciarse de la célula que perpetró el atentado de Las Ramblas y Cambrils, como si la cosa no fuera con él, e insiste en que la célula le tenía secuestrado: “Se aprecia el secuestro que sufría -dice su abogado-, cuando estando ingresado de gravedad de muerte por la explosión de Alcanar, la Policía encuentra su pasaporte a bordo de la furgoneta que llevó a cabo los atropellos en Las Ramblas. Ellos indican que no tenían en su poder su documentación”.

Otro de los imputados en este sumario, el presunto colaborador de la célula Said Ben Iazza, sale en defensa de todo el comando al que desvincula de la organización Estado Islámico, contraviniendo todas las evidencias aportadas por los Mossos y la Guardia Civil y llega a afirmar que “no se desprende ninguna vinculación de los investigados con dicha organización terrorista, ni indicios de que los fallecidos actuaran inspirados por ella, ni de que Es Satty llevara a cabo un adoctrinamiento en el radicalismo yihadista.

En un escrito enviado a la audiencia, su abogado llega a decir que los Mossos actuaron “con temeridad y alevosía” en el abatimiento de la célula de Ripoll. En relación con los yihadistas fallecidos añade que los Mossos de Escuadra"prefirieron darles muerte antes que detenerlos con vida”, siendo cazados y disparados hasta su muerte".

El juez Andreu denegó también la libertad de Said Ben Iazza con una dura crítica a su abogado: “Los términos empleados en el recurso interpuesto exceden de lo que es admisible en el ejercicio del derecho de defensa, para pasar a realizar consideraciones infundadas y temerarias contra la legítima actuación de los Mossos de Escuadra, ante la magnitud de los explosivos almacenados, artefactos elaborados, armas blancas adquiridas y ataques mortales con armas y vehículos a víctimas fallecidas y lesionadas llevados a cabo”.

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