El pasado jueves 2 de diciembre, pocos minutos después de las 17.00 horas, una pareja de agentes de la ARRO (Área Regional de Recursos Operativos) de los Mossos d’Esquadra observó como un hombre caía al suelo y empezaba a convulsionar. Los agentes, que se encontraban paseando fuera de servicio por el centro de Vic, no dudaron en acercarse de inmediato para atender al hombre que había quedado tumbado en el suelo, en medio de lo que parecía un ataque epiléptico. Decenas de ojos miraban la escena, pero nadie se atrevía a intervenir.
Mientras varios transeúntes alertaron al Servicio de Emergencias Médicas (SEM), los dos mossos fueron los primeros en atender al ciudadano que no paraba de convulsionar. Entendieron que esos minutos antes de que llegase la ambulancia serían claves si querían salvarle la vida al hombre o minimizar daños mayores. Fueron ellos quienes le practicaron las primeras maniobras de primeros auxilios: controlando sus constantes vitales y procurando que en los espasmos que iba teniendo no se diese un golpe contra el suelo o contra otro objeto contundente. También, matizan las fuentes policiales consultas, controlaron que no se atragantara con su propia lengua, como puede pasar en este tipo de episodios epilépticos.
Los agentes le salvaron la vida
Pocos minutos después ya llegó la ambulancia del SEM y una patrulla de la Guardia Urbana de Vic que dieron soporte a los agentes de la ARRO que se hicieron con el control de la situación mientras tanto. Los facultativos del sistema de emergencias médicas, señalan las mismas fuentes, agradecieron y felicitaron la rápida actuación y reacción de los agentes fuera de servicio. Aseguraron que, gracias a su primera intervención, se pudo evitar que el hombre sufriese lesiones muy graves que, incluso, podrían haberle costado la vida. Con todo, el ciudadano pudo ser trasladado a un centro hospitalario donde fue atendido.
Y es que, como pasó con el episodio de los dos agentes que salvaron a una mujer que se estaba a punto de suicidar en Sant Boi, los cuerpos policiales, en este caso los Mossos d’Esquadra, sirven para muchas otras más cosas que para poner multas.