La enésima ola de calor de este verano cocía a fuego lento las calles de Tarragona. Sin embargo, el latido de la ciudad seguía su ritmo. Eran alrededor de las 19.00 horas de una tarde de agosto y ya se podían ver a los bañistas volviendo de la playa y a otros tantos superando las altas temperaturas con una bebida fría en la mano. Mientras todo parecía transcurrir en paz, un binomio de agentes de los Mossos d'Esquadra se acercó a la zona de la muralla. Los transeúntes poco sospechaban que aquellos dos agentes, Lluís y Josep, en actitud tranquila, en realidad estaban siguiéndoles la pista a dos "malos". No obstante, en un segundo y sin previo aviso, la realidad se paró en seco.
"Un joven se acercó a nosotros apresurado y nos indicó que un hombre se había desplomado delante de él". Josep y Lluís no se lo pensaron dos veces. Dejaron su labor de vigilancia a un lado y se fueron directos a atender al ciudadano que había perdido el conocimiento. "Cuando llegamos no respiraba, tampoco tenía pulso". Sin embargo, ninguno de los dos agentes perdió los nervios y ambos, con formación previa en primeros auxilios, iniciaron el protocolo ante una parada cardiorrespiratoria.
A salvo, estable y sin secuelas graves
"Mientras Josep iniciaba la maniobra 'RCP', de reanimación cardiorrespiratoria, yo fui corriendo a por el DEA más cercano. Me recorrí unos 500 metros a la velocidad del rayo hasta que di con un desfibrilador automático en un parking público de la ciudad y pudimos seguir con la reanimación", explica Lluís a eltaquigrafo.com. Los agentes estuvieron entre 10 y 15 minutos con el hombre que se había desplomado hasta que llegó la ambulancia del Sistema de Emergencias Médicas (SEM).
"Cuando los sanitarios llegaron todavía estuvieron con el hombre otros 30 minutos más, pero, finalmente, se lo llevaron estable y, aunque sigue ingresado, parece que está fuera de peligro y sin secuelas graves", explica aliviado Josep.
La formación: la pieza clave
La rápida actuación de este binomio de agentes de Tarragona salvó la vida de este hombre. Ambos tienen conocimientos en primeros auxilios, protocolo ''RCP" y primera asistencia en combate para atender heridas hemorrágicas, en caso de heridos por armas blancas o de fuego. "Creo que la clave está en tener una buena formación. Este trabajo es pura vocación y los agentes nos formamos dentro y fuera del cuerpo para ofrecer el mejor servicio a la ciudadanía" explica Josep, que, aunque está en su año de prácticas, antes estuvo vinculado con el mundo sanitario.
En este sentido, hacía tan solo un par de meses otro compañero de la ABP tarragonès les impartió un curso de reanimación en casos de parada cardiorrespiratoria. Una muestra de la formación que reciben los agentes, especialmente los de Seguridad Ciudadana, que están a diario al pie del cañón en la calle. Además, "ambos somos muy curiosos, nos gusta saber y tenemos interés en el mundo sanitario" explican a preguntas de este medio, pues ambos han hecho cursos al margen de cuerpo para tener más conocimientos en el ámbito sanitario.
"El bolsillo mágico"
"En este caso todo lo que podía salir bien, salió perfecto", reconoce Lluís, que tras 14 años en el cuerpo esa tarde se fue a casa "en una nube". "Estas actuaciones son las que dan sentido a nuestro trabajo". Y, aunque ciertamente todo salió bien, no hay que quitar mérito a la actuación de los dos agentes que disponían de los conocimientos y los recursos para salvarle la vida al hombre que se desplomó. De hecho, en cada servicio este binomio de agentes, como muchos otros, ya salen de comisaría preparados para todo lo que pueda pasar.
"Los recursos que tenemos son limitados. El desfibrilador automático solo está en el coche patrulla del jefe de cada turno y por eso los agentes vamos cargados con material sanitario propio: no sólo para atender emergencias, sino también para poder asistir a un compañero en caso de que nos agredan" explica Lluís. En este sentido, el agente ha bautizado el bolsillo de su chaleco como "el bolsillo mágico". "En él guardamos todo lo que creemos que nos puede ser útil: torniquetes, gasas, para la coagulación de la sangre, para abrir las vías respiratorias...".
La prioridad es salvar vidas
Gran parte de este material lo adquieren de forma personal pues "todo lo que podamos aportar suma para ofrecer el mejor servicio a la ciudadanía" insiste Josep, que coincide con su compañero en apuntar que ese día, tras esa intervención, se marchó satisfecho y con una sensación que "como profesional, no tiene precio". Y, aunque algunos puedan pensar que este es el trabajo de Lluís y Josep, lo cierto es que agentes como ellos, en decenas de ocasiones, se juegan sus vidas por salvas la nuestra.
En ese momento, "los malos" pueden esperar, la prioridad era salvar la vida de aquel hombre. Y así lo hicieron. Pasados unos días, Lluís y Josep han ido llamando al hospital para conocer su estado de salud y parece que ya está fuera de peligro. De hecho, así se lo trasladó el médico que llegó con la ambulancia del SEM que, si no llega a ser por ellos, igual el hombre no hubiese sobrevivido.