Los Bombers de la Generalitat han encontrado muerto al trabajador de la empresa Industrias Químicas del Óxido de Etileno (IQOXE), la antigua IQA, situada en el polígono petroquímico Sur, de Tarragona, donde ayer se produjo una explosión, seguida de un incendio.
Se trata del jefe de turno de la planta, en la que, en el momento de la deflagración, trabajaban alrededor de 25 personas, de las 120 con que cuenta la plantilla.
La explosión había dejado, ayer, un fallecido y ocho heridos de diversa consideración. La primera víctima fue hallada en el interior de un inmueble del barrio de Torreforta, en la plaza García Lorca, que, según Bombers, se derrumbó por la onda expansiva. Al parecer, una plancha metálica salió disparada tras la explosión e irrumpió en un piso a dos kilómetros de la planta petroquímica. La plancha entró por las ventanas del tercer piso y derrumbó el techo del segundo, cayendo encima de la víctima. Algunos de los vecinos del edificio afectado tuvieron que abandonar sus viviendas hasta que Bombers asegurara la seguridad de la infraestructura.
El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) atendió a ocho personas: dos se encuentran en estado crítico con grandes quemaduras y se trasladaron al Hospital Vall d’Hebron, de Barcelona, una menos grave que está en el Hospital Joan XXIII de Tarragona y 5 leves, dos de las cuales siguen ingresadas en el Hospital de Reus.
No había nada nocivo en el aire
Antes de conocerse que el humo que se desprendía del incendio no era nocivo para la salud, Protección Civil activó el plan de confinamiento, por el que los vecinos de las poblaciones vecinas tuvieron que encerrarse en casa a la espera de conocerse los resultados del aire, analizado por el equipo de bomberos. Sin embargo, justo antes de poner en práctica el plan y hacer sonar las alarmas, se pudo confirmar que no había nada nocivo en el aire que obligara a lanzar dicha alerta. Igualmente, de forma preventiva, Protección Civil, Mossos y Bombers aconsejaron a la ciudadanía que no saliese de casa, debido a la gran columna de humo que se desprendía del incendio.
Fuentes de los Bombers de la Generalitat aseguraron que el incendio en la planta química no se podía apagar y que, hasta que no se quemara todo el óxido de etileno que se incendió, no se extinguirían las llamas, ya que era la opción más segura.