Agentes de la Policía Nacional hallaron el cadáver de Virginia T.G en las aguas del río Guadalquivir a su paso por Sevilla, después de que Alfredo G.C, de 50 años y marido de la víctima, confesara que la había matado cuando ella le comunicó su intención de separarse.
Una minuciosa investigación policial en secreto
Una compleja investigación del Grupo de Homicidios ha conseguido cercar al detenido que meses después de haber acabado con la vida de su expareja ha acabado confesando ante los agentes. Nada había trascendido a los medios sobre este caso, a pesar de que la familia de ella había denunciado la desaparición. La policía se había fijado el objetivo de evitar cualquier tipo de filtraciones sobre el caso, para garantizar el éxito de la detención del feminicida.
Tras la detención y posterior confesión del sospechoso, la comitiva judicial se ha desplazado al lugar señalado por Alfredo G. C., tal y como adelantaba ABC. El lugar del hallazgo ha sido la ribera del río Guadalquivir a su paso por San Jerónimo en una zona de cañaverales. El cuerpo había sido envuelto en unos sacos que habían conservado bastante los restos, que además no llegaron a sumergirse en el agua, detallan las mismas fuentes.
El feminicida tenía antecedentes por violencia machista
El caso se instruye como un asunto de violencia machista y lo dirige judicialmente el juzgado de Violencia sobre la Mujer nº3 de Sevilla. Se da la circunstancia que el detenido ya cuenta con antecedentes penales por violencia machista.
Las fuentes de la investigación destacan el trabajo realizado por el Grupo de Homicidios que desde el primer momento centró sus sospechas en la pareja de Virginia, pero no tenían pistas suficientes para haber resuelto antes el caso.