Ocurrió en Fuengirola (Málaga). Para el conductor, su historia era perfecta. Denunció que un cliente lo había secuestrado, que le había robado el dinero de la recaudación como chofer de VTC (Vehículo de Transporte con Conductor) a punta de navaja y que le había obligado a consumir drogas en un club de alterne.
La primera parte podría ser veraz, pero los agentes de la Policía Nacional encargados del caso empezaron a dudar a partir de que le obligó a ir a un club de alterne y a consumir drogas. Tras varios interrogatorios, al final, la supuesta víctima, acabó siendo el supuesto delincuente.
El conductor de VTC acabó siendo detenido por, supuestamente, inventarse dicha historia y ocultar, así, una noche de sexo con prostitutas.
Insólita ‘Operación Camerita’
Como publicaba hoy Diario Sur, la comisaría de Fuengirola, que fue donde se registró la denuncia, inició una investigación que denominó 'operación Camerita' y que, dadas las características de los delitos referidos, recayó en los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional.
Como siempre, salvo en los casos más evidentes, las pesquisas arrancaron dando credibilidad al denunciante, un chófer profesional de VTC que aseguraba haber sufrido un atraco y un posterior secuestro por parte de un cliente.
El conductor de VTC declaró que el individuo, tras robarle el dinero de la recaudación a punta de navaja, lo llevó a una casa de citas del municipio, donde lo había retenido contra su voluntad y le había obligado a consumir drogas. También dijo que, cuando el sujeto se gastó toda la recaudación del conductor en prostitutas, le obligó a desplazarse hasta el domicilio de un amigo para venderle una motocicleta —todo ello bajo coacciones— y con el dinero obtenido por dicha venta, continuar manteniendo sexo en el club de alterne.
La rocambolesca historia sigue…
Pero, según el mismo rotativo andaluz, la rocambolesca historia no terminaba ahí. Según el denunciante, al terminar la noche, el individuo/secuestrador lo conminó a subirse a un taxi, que los trasladó a ambos al garaje del primero (de la víctima), donde lo introdujo en un trastero —tras amenazarlo y de forma violenta—, dejándolo en su interior durante horas.
Apoyándose en la denuncia, los policías nacionales arrestaron al sospechoso del atraco y el secuestro al conductor de VTC a quien identificaron como presunto autor de los hechos. Pero la investigación no se detuvo ahí; los agentes siguieron haciendo gestiones y se entrevistaron con las trabajadoras del club y el taxista que los llevó, que ofrecieron una versión bien distinta de aquella noche.
Desmontan la versión del chófer
Los testigos coincidieron en que la supuesta víctima no estuvo retenida en ningún momento y entregó el dinero de la venta de la motocicleta de manera voluntaria al hombre que lo acompañaba y que, según el chófer, era su secuestrador.
Finalmente, los investigadores terminaron por detener al conductor por supuesta simulación de delito. Según las pesquisas policiales, todo surgió de una noche en la que ambos, que además se conocían previamente, habrían decidido ir juntos a un club de alterne.
Allí —siempre según la investigación— habrían mantenido relaciones sexuales con varias mujeres del club. Tras la noche de juerga, en la que el conductor se gastó la recaudación de la empresa para la que trabaja y el de la venta de la moto, supuestamente decidió denunciar a su acompañante para justificar el dinero escamoteado y las horas de ausencia.
