Fotografía desnuda a una menor y se niega a entregar las copias a los padres

Un agente de policía analiza un ordenador con pornografía infantil | CNP
photo_camera Un agente de policía analiza un ordenador con pornografía infantil | CNP
A raiz de la denúncia, en febrero de 2018, de esta madre y su hija, se han detectado 43 casos de fotografías de desnudos a menores, sin el consentimiento paterno.

El fotógrafo, de 52 años, natural de Gran Canaria y que ha sido detenido por la Policía Nacional, ofertaba, en la misma página web profesional en la que anunciaba sus servicios ordinarios, una "colaboración artística" gratuita, sin ánimo de lucro, que consistía en un reportaje completo a cambio de entregar varias fotografías a las modelos. Esta atractiva oferta hizo que muchas menores acudieran a un garaje, sito en Las Palmas de Gran Canaria, que hacía las veces de estudio, a realizarse un book como si fueran modelos profesionales.

Una vez en el estudio, los padres firmaban un contrato con las características del servicio en el que se incluía una cláusula que declaraba que no se realizarían fotos de las chicas desnudas. Sin embargo, no se permitía que los padres estuvieran presentes durante la sesión para, supuestamente, "no cohibir a las chicas".

Febrero de 2018

Hace ahora poco más de un año y medio, una madre y su hija denunciaron que el ahora detenido había fotografiado a la menor desnuda en su estudio profesional, sin consentimiento paterno y que, además, se había negado a entregarle dichas fotografías, manifestando las denunciantes que más chicas habían sufrido hechos similares.

Comprobados los hechos, los agentes detuvieron al fotógrafo y realizaron el registro de su domicilio donde intervinieron múltiples discos duros externos y gran cantidad de material documental, localizando los dispositivos que contenían las imágenes sexuales ocultas en un doble fondo situado en la cama de un dormitorio.

Niñas de entre 14 y 18 años,

El presunto autor de los hechos comenzaba la sesión con múltiples fotos y con diversos vestuarios y, poco a poco, les pedía que fueran despojándose de prendas. Las chicas eran convencidas con la necesidad de desnudarse para su posible carrera de modelo, a la que muchas de ellas aspiraban, o alegando que el desnudo era una cuestión artística que carecía de importancia. De esta forma, el investigado conseguía fotos de las menores desnudas y con atuendos, poses o utilizando planos explícitamente sexuales que de ninguna manera se pueden entender como artísticos.

Los padres nunca llegaban a enterarse de lo ocurrido porque las fotos que recibían a cambio de la supuesta colaboración artística no eran sugerentes ni incluían desnudos, sino fotos de estudio. Además, ninguna de las menores contó a sus padres lo sucedido puesto que, en la mayor parte de los casos, no eran conscientes de haber sido engañadas y víctimas de un delito. Asimismo, las chicas que pidieron expresamente que les fueran entregadas dichas fotos jamás las recibieron.

Mucho, mucho material

La investigación se ha prolongado debido a la gran cantidad de material fotográfico que ha sido objeto de estudio, si bien el hallazgo de los contratos del servicio de "colaboración artística" fue clave para el cotejo de datos y fotografías y la posterior identificación y localización de 43 víctimas menores.

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