Unas 300 personas afines al movimiento okupa, también antisistema y antifascista, se reunieron este martes a las 19.00h en la plaza Universitat de Barcelona. Antes de partir con su marcha de protesta, una mujer con el rostro cubierto leyó un manifiesto. Las intenciones quedaron claras: se manifestaban en contra de Dani Esteve, el líder de la empresa Desokupa, y en contra de todo aquello que él defiende de forma enérgica en sus redes sociales. Las okupas le dedicaron pancartas y carteles y se refirieron a él y a los suyos como "matones", "trileros" o "machacas llenos de adrenalina".


Tras leer el manifiesto que daba inicio a la protesta, y tras repartir algunos panfletos en los que se advertía a los presentes sobre cómo evitar ser identificados por la policía, comenzó la movilización que, bien pronto, se topó de bruces con el imponente dispositivo policial desplegado en Plaza Universitat y que les impedía llevar a cabo su deseo de bajar hacia Ciutat Vella. Con el cara a cara de los agentes de orden público de los Mossos d'Esquadra y los manifestantes, la tensión subió un par de grados. A escasos metros, unos de los otros, los okupas exigían seguir su recorrido mientras que los agentes de la BRIMO, estáticos, no pensaban ceder en sus pretensiones.


La marcha, finalmente, puso rumbo por Gran Vía de les Corts Catalanes, dirección plaza España. Entre cánticos y corredizas, los manifestantes atacaron varias sucursales bancarias y se encararon directamente con la prensa, que se convirtió en el blanco fácil de aquellos más airados. Lanzamiento de palos, piedras, cristales, espray o pegamento... este martes, los periodistas, especialmente los de medios audiovisuales, tuvieron que correr.


La manifestación llegó a plaza España, cortando por la fuerza la circulación de autobuses, taxis y particulares, que tuvieron que frenar de golpe ante el paso firme de los manifestantes, que no se pararan a mirar a un lado y al otro de la calle antes de cruzarla. Fue entonces que, ante la visible falta de un dispositivo policial como el que se plantó en Universitat, la manifestación se descontroló: los que protestaban irrumpieron por la calle Creu Coberta en contradirección, obligando a los vehículos a circular varios metros marcha atrás. Mientras, los insultos a la prensa, y algún que otro ataque puntual, no cesaron: "muertos de hambre", "mentirosos", "manipuladores"...

Finalmente, la manifestación se terminó en la Plaza de Sants, entre las calles d'Antoni de Campany y Finlàndia, donde los portavoces anunciaron una nueva protesta para este jueves 25 de mayo, coincidiendo en espacio-tiempo con la convocada por Dani Esteve y Desokupa.