Identifican las voces de los mossos implicados en una agresión racista

El joven denunció los hechos, el pasado junio, en un vídeo.
photo_camera El joven denunció los hechos, el pasado junio, en un vídeo.
Se trata de la agresión registrada en enero de 2019, en la que un joven de raza negra fue agredido e insultado por cinco agentes de los Mossos d’Esquadra en el trascurso de un desalojo. El joven lo grabó todo en audio y SOS Racismo lo visibilizó el pasado mes de junio.

Dos sargentos de los Mossos d'Esquadra del Área de Recursos Operativos (ARRO) de la Región Policial Central han identificado las voces de cinco de los agentes implicados en la agresión racista ocurrida el pasado 19 de enero de 2019 en Sant Feliu Sasserra, cerca de la ciudad de Manresa (Barcelona).

Según ha avanzado La Directa y han confirmado a la ACN fuentes cercanas a la investigación, inicialmente, estos agentes habían dicho que no reconocían las voces de sus subordinados. Pero, unas semanas más tarde de que trascendiese el audio de la agresión, publicado por SOS Racismo, concretamente entre el 30 de junio y el 2 de julio, estos mismos agentes volvieron a comparecer ante la División de Asuntos Internos del cuerpo y, tras escuchar el audio de nuevo, pudieron identificar la voz de algunos de estos agentes.

«Puto negro de mierda»

Los hechos tuvieron lugar la tarde del 10 de enero de 2019, cuando el joven Wubi, de 21 años, se disponía a salir de su casa, justo cuando en el edificio donde vivía con otros amigos se estaba haciendo una intervención policial por desahucio. SOS Racismo explica que, al llegar al garaje, un grupo de agentes de los Mossos entraron y le pidieron la documentación. Mientras le identificaban, uno de los agentes le preguntó si era el «jardinero» del edificio y «empezaron a tirarle bolsas de basura, empujarle, escupirle y propinarle golpes en la cabeza, mientras proferían insultos racistas».

Wubi, ante esta situación, huyó, momento en que un agente disparó un arma sin llegar a tocarlo, según SOS Racismo y como se expresa claramente en el audio. El joven llamó a sus vecinos para avisarlos, pero uno de los agentes se puso al teléfono y lo amenazó con ponerle una «orden de búsqueda y captura» si no volvía. Ante eso, el joven decidió volver, pero puso en marcha la grabadora del móvil. Según explica la entidad, cuando volvió al edificio, los agentes lo acusaron de haber pegado a un policía y lo llevaron al garaje, donde le tiraron al suelo, le golpearon con las botas en las costillas, le escupieron y le humillaron con insultos racistas.

«Tú no eres un humano, tú eres un mono», «Puto negro de mierda», «Te voy a arrancar la cabeza», «Somos ordenados» y «¿Tú has visto alguna vez al demonio tan cerca?», son algunas de las barbaridades que los agentes profirieron al joven.

Medida cautelar insuficiente

El Departamento de Interior aplicó una medida cautelar de cambio de destino de los supuestos agentes implicados en la presunta agresión, todos ellos agentes de la ARRO, a la espera de la resolución judicial del procedimiento abierto en los juzgados de Manresa. Desde SOS Racismo se continúa reclamando que se suspenda de empleo y sueldo a los agentes implicados y lamentan que, sin la presión mediática que hubo, no se hubiera actuado.

Después de que los hechos salieran a la luz y se visibilizaran en los medios de comunicación, tanto el comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, como el conseller de Interior y máximo responsable del cuerpo, Miquel Buch, anunciaron que en cuanto se supiera quiénes eran los mossos autores y encubridores de la citada y salvaje agresión racista, se les expulsaría del cuerpo «de forma inmediata». «No habrá ninguna complicidad ni con el racismo ni con la xenofobia», sentenciaron en su día, alrededor del 16 de junio del mes pasado. Sin embargo, el conseller también dejó claro que «hasta que se establezca por la Justicia la culpabilidad clara de cada uno, que se está investigando, lo que hemos tomado es tan solo una medida preventiva ante una conducta tipificada como grave, y esa gente está en oficinas ya, no va a estar en la calle».

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